Cuatro días en la ex comunidad de Pirque - 8 de Junio de 2013 - El Mercurio - Noticias - VLEX 439943070

Cuatro días en la ex comunidad de Pirque

Un camino lleno de curvas, que corre hacia la cordillera lleva al fundo Los Eucaliptus donde hoy viven los miembros de la ex comunidad de Pirque.

Las pocas personas que a esta hora pasean por la berma a lo largo del camino están enteradas del lugar donde vive el grupo que llegó a Lo Zárate, un pueblo de 300 habitantes, en 2008, dejando atrás un capítulo polémico de su historia.

El portón de madera del fundo está abierto. Adentro, un camino de tierra corre a la par de una avenida de árboles. El follaje tapa el cielo. Al final, una rotonda y una casa de adobe.

Dos perros se pelean. Hay niños jugando. Una mujer joven, pelo negro, falda y chaquetón verde los cuida.

- ¿A quién buscan?

La comunidad de Pirque se hizo conocida en 2007 porque una de sus integrantes, Jocelyn Rivas (28), murió por no recibir asistencia médica. Había dado a luz dos meses y medio antes a una niña de nombre Purísima. El grupo, que vivía junto desde hacía dos años, decidió enterrar a Rivas en el mismo predio.

Los padres de la joven se enteraron e interpusieron una demanda. Se habló entonces de la "secta de Pirque", que había una líder, Paola Olcese, a la que le decían el "Señor", que la escuchaban como si fuera Jesús, que les prohibía ir al médico, que los que ahí vivían habían perdido su voluntad. Que hacían rituales. Que no tenían contacto con nadie.

El juicio duró dos años y terminó con Nataniel Requena, pareja de Rivas, y Roberto Stack, uno de los líderes, condenados a 61 días de cárcel remitidos por la inhumación ilegal de la joven y 4 UTM por concepto de omisión de socorro. Paola Olcese, también imputada, fue sobreseída luego que un informe médico determinara que sufría delirios mesiánicos.

Todos siguen viviendo en la comunidad. Requena lo hace con su hija, hoy de seis años.

Prácticamente no se había vuelto a hablar de ellos hasta que a fines del año pasado dos hijos de Paola Olcese, de 2 y 4 años, se quemaron en un incendio en el norte. Estaban solos en una cabaña con una vela encendida. Volvieron a aparecer hace un mes, cuando se conoció la historia de la secta de Colliguay, lideraba por Ramón Castillo, alias Antares de la Luz, quienes en un ritual, y premeditadamente, asesinaron a una guagua recién nacida.

La ex comunidad de Pirque no quiere que se le vincule con esta última historia. Han rechazado cada una de las peticiones de entrevistas que les han hecho para hablar del tema.

Sin embargo, sí aceptan mostrar lo que son hoy. Por qué están juntos y cómo viven.

-Es hora de descorrer el velo -dice Ismael Castillo.

Las palabras "verdad", "amor", o frases como "donde está la persona", "vivir la experiencia", "relaciones verdaderas", "ese pasado no me interpreta", "no quiero ser interrogado", se repiten.

Muchos se cierran, prefieren no hablar, se sienten incómodos. Después de varios días aquí, uno puede salir sin conocer la vida de casi nadie.

Carolina y Carmen Gloria, dos de las integrantes de la comunidad, invitan a su casa. El living es grande.

-A qué viniste -preguntan.

Entonces, una de ellas dice:

-Tú no entiendes nada de lo que pasa aquí. Y ni siquiera es porque no quieres, es porque no puedes.

El miércoles, a las seis de la tarde, es un día frío y nublado en Lo Zárate y especialmente en la quebrada en que están ubicadas las 16 hectáreas donde viven las 75 personas de la ex comunidad de Pirque. Sus edades van desde los 2 meses hasta los 85 años; 15 de ellos son niños. Hay matrimonios, convivientes, pololos, solteros, abuelos, y una anciana con alzheimer.

A esta hora, dos de sus integrantes comienzan a hornear el pan que mañana, a las nueve, partirán a vender a Santiago en una jornada que durará todo el día y que es parte de su sustento económico. Otros preparan brownies, galletas y kúchenes de avena. El resto conversa, prepara la once que se servirá en el comedor común. En algunas de las 12 casas -10 de las cuales han construido ellos mismos con adobe y vigas de madera-, unas madres preparan la comida de sus hijos pequeños, mientras otras entretienen a los niños con libros para pintar y cuentos.

No todos los hijos viven con sus padres, sí todos los más pequeños. Los solteros hombres viven con otros de su edad. Acá nadie es dueño de ninguna casa, se rotan según necesidad. Los domingos, reciben visitas de sus familiares de fuera de la comunidad.

Todos, dicen, están juntos porque en algún momento sintieron la necesidad de vivir la vida como Cristo lo hizo.

-Nuestra idea es vivir como las primeras comunidades cristianas-dice Ismael Castillo. Él fue...

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