'¡Cuánto quisiera que Fernando Karadima pidiera perdón!'
Era martes en la noche, el jueves se hizo público, se despidió de sus fieles en los días siguientes y el "domingo estaba aquí". Domingo 19 de junio de 2011. Han pasado casi cuatro años y Carlos Irarrázaval recuerda perfecto la fecha.
Difícil que la olvide. Ese día llegó al Sagrado Corazón, como se llama la parroquia que por años fue conocida como El Bosque, entonces golpeada por el escándalo que sacudió a la Iglesia chilena tras destaparse los abusos -sexuales y de conciencia- cometidos al amparo de la disuelta Unión Pía Sacerdotal por el sacerdote Fernando Karadima, hoy sancionado con el retiro a una vida de penitencia y oración.
Era su segunda parroquia. Antes Irarrázaval había tenido encargos pastorales en Puente Alto, avenida Matta, Barnechea, Peñalolén y la Pastoral de la UC, recuerdo que sigue visible en las fotos de la sencilla oficina que arregló en el primer piso de la casa parroquial contigua a la tradicional iglesia roja.
Dos curas ancianos fueron claves en su formación: Sergio Correa, alma de la Fundación Las Rosas, y el cardenal Juan Francisco Fresno, a quien acompañó como párroco cuando dejó el arzobispado de Santiago. Hoy vive con dos "sub 90"; uno de 86 y otro de 88, "que me dan cancha tiro y lado", agrega con el estilo simple y directo con que también responde -a teléfono abierto- las inquietudes que anónimos escuchas le plantean en su programa de radio María, la radioemisora que dirige.
El sacerdote de 50 años ha dirigido el tránsito hacia un nuevo orden parroquial que pueda sanar las heridas de la "bomba" que golpeó a su feligresía. Se ha reunido con algunas de las víctimas y ha debido asistir espiritualmente a otras silenciosas que lo han buscado. "Las víctimas que sufrieron los abusos del padre Karadima, las que sufrieron el derrumbe en su confianza o en su pertenencia a una comunidad asediada por la prensa", dice, sin esquivar el tema.
Hoy está esperanzado en los "frutos" que comienza a ver y preocupado también por la película que se estrena la próxima semana sobre el caso.
La gente es la dueña de casa en esta parroquia, no el cura
-Para asumir este encargo, ¿accedió a documentos y sentencia del tribunal eclesiástico sobre Karadima y los sacerdotes que estaban en esta parroquia?
-La situación era la de una parroquia donde hay un cura que ha cometido un pecado gravísimo que sale a la luz, es juzgado y condenado por la Iglesia. Le he dado pelea al morbo de querer saberlo todo. No es necesario. Si el Señor me ha dispuesto a conocer cosas es porque las mismas personas han venido en busca de consejo, ayuda o a pedir perdón.
"No me corresponden las decisiones que el obispo toma respecto a otros sacerdotes, yo vine a...
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