Crítica moral, en Miller; decir elusivo, en Pinter - 10 de Junio de 2018 - El Mercurio - Noticias - VLEX 727717881

Crítica moral, en Miller; decir elusivo, en Pinter

Dos grandes dramaturgos contemporáneos de lengua inglesa están en cartelera en estos días, Arthur Miller y Harold Pinter. Representan dos tipos muy diferentes de teatro. El de Miller es un teatro realista de crítica moral; el de Pinter es elusivo, inquieta porque entendemos que sugiere algo distinto de lo que dice.

Todos eran mis hijos

Lo más destacable de esta obra es que Arthur Miller se atrevió a escribirla a solo dos años del término de la Segunda Guerra Mundial, cuando predominaba un ánimo triunfalista y no se reparaba en los costos de esa victoria. La obra no es histórica, pero la situación se entendía como real, los proveedores del ejército hicieron su negocio con las urgencias de la guerra. Joe Keller, al enriquecerse con la producción de piezas para aviones, no hizo nada distinto a los demás, todo lo que se necesitaba en los campos de batalla se compraba. Pero Joe Keller despachó una partida de repuestos defectuosos e hizo que su socio apareciera como el responsable. Su propio hijo, Larry, piloto de combate, murió en un accidente. Chris, su otro hijo, al regresar de la guerra y ver la riqueza familiar, se siente sucio y sin derecho a nada, no puede aceptar que todo el sacrificio de miles de muchachos generosos que murieron en la guerra no haya servido para nada, todo sigue igual, lo único que importa es ganar mucho dinero. La obra tuvo un inmediato éxito de público que la mantuvo por meses en cartelera, a pesar de los comentarios adversos de la crítica. La parte más honesta del pueblo norteamericano comprendió que era una denuncia necesaria.

Miller era consciente de que sus obras se hallaban cercanas a un realismo que él mismo buscaba superar, pero prefería que fueran claras, que no quedaran dudas acerca de lo que quería decir, porque su denuncia del enriquecimiento con la guerra debía quedar clara, sin ambigüedades.

Álvaro Viguera da fuerza al inicio de la acción con un fuerte viento huracanado que primero inclina y luego quiebra el manzano que se había plantado en recuerdo del hijo Larry. Para Kate, la madre, ese manzano roto es un mal presagio y acentúa su reticencia ante la inesperada visita de Ann, la antigua novia de Larry, invitada por Chris, el hermano que sobrevivió a la guerra.

En el muy buen elenco destaca Cristián Campos con una convincente caracterización de Joe Keller, el empresario que con el pretexto de hacerlo todo para el bien de su familia, siempre elude sus responsabilidades, y Coca Guazzini, la madre, que si...

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