Cristina Dorador - 1 de Marzo de 2020 - El Mercurio - Noticias - VLEX 840791665

Cristina Dorador

Los salares del desierto de Atacama no solo contribuyen a dar forma a paisajes espectaculares, sino también en albergar a microorganismos que solo viven en estos lugares y que permiten entender la evolución del planeta. Eso lo sabe muy bien Cristina Dorador, 40 años, bióloga, doctora en microbiología por el Instituto Max Planck de Alemania e investigadora de la Universidad de Antofagasta, quien lleva varios años estudiando estos ecosistemas. "Tuve la suerte de que cuando estudié, a fines de los noventa, avanzaron las técnicas para el estudio de estos microorganismos, así que pudimos sumergirnos y saber qué son, qué hacen y cómo se comportan" dice. "Los salares son ideales porque son ecosistemas microbianos. En Chile hay mucha radiación solar, gran diferencia de temperatura entre el día y la noche, y alta salinidad. Todo esto entrega muchas oportunidades para que estos microorganismos puedan vivir en ambientes extremos".Es en este punto donde segúnDorador radica la importancia de proteger estos lugares, que actualmente tienen a la minería de cobre y litio entre sus principales amenazas. "Se empezaron a ocupar aguas sacadas desde las cuencas de los salares. Hay casos como Lagunillas, en la Región de Tarapacá, que fue completamente secada por la extracción de agua. Es muy difícil remediar un salar, porque es un sistema terminal, es decir, el estado final de un lago o laguna tras la evaporación de sus aguas y la acumulación de microorganismos".Estas especies que habitan en los salares también sirven a otros animales y plantas, como es el caso de los flamencos. "Hicimos un estudio en la laguna...

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