Crimen en La Reina: la sentencia que pudo cambiarlo todo - 27 de Mayo de 2018 - El Mercurio - Noticias - VLEX 725923013

Crimen en La Reina: la sentencia que pudo cambiarlo todo

Eran las cinco de la tarde del 18 de mayo de 2016 cuando Angélica Bravo salió de su casa en calle Loreley, en La Reina, con destino a la cafetería Tavelli de Príncipe de Gales.

Muy cerca de allí, un joven de 16 años, de pelo largo, recorría el barrio solo, vestido con un polerón verde, zapatos y pantalones oscuros. Solo llevaba $1.000 en monedas.

Después de una hora de recorrer las calles, entró a una casa y desde el techo saltó a otra, donde con una pala de jardín rompió un vidrio para ingresar al domicilio y registrar las piezas. Encontró joyas y dos pistolas.

Sin perder la calma, salió por el frontis de la casa, saltó el muro y caminó por el pasaje hacia Loreley. Se cruzó con un vecino y una camioneta que venía entrando. "!Ese es el ladrón¡", gritó una persona. Un carabinero que había llegado al lugar salió tras él y lo atrapó.

En el Tavelli, minutos después, Angélica Bravo recibió dos llamados que la alertaron de que habían entrado a robar a su casa, que debía volver. Llegó rápido y vio a seguridad ciudadana y una patrulla de Carabineros. El impacto fue fuerte, además del susto, la mujer había enviudado hacía tres días.

Una vecina había visto al joven saltar el muro y había activado la alarma.

El detenido era Ariel Mena Suazo.

El mismo que el lunes pasado, dos años casi exactos después de esa detención, en la misma calle y con el mismo modus operandi , ingresó al domicilio de Carmen Gómez Peña. Pero esta vez, el desenlace fue otro.

Mena tenía 18 años y más prontuario delictual. En febrero había protagonizado un violento asalto y usaba armas. Entonces, en la madrugada del lunes, según su propia confesión, no dudó en tomar dos cuchillos de la cocina y atacar a Gómez, quien murió a consecuencias de las heridas. También hirió al esposo y a un hijo enfermo del matrimonio.

Las coincidencias entre ambos robos sorprenden, pero hay un dato que inquieta. Cuando Mena fue condenado por el primer delito en Loreley, la fiscalía pidió tres años y un día de encierro, un castigo que -de haber sido acogido- lo habría tenido en un centro de reclusión para menores hasta el 2020.

Pero la justicia dijo otra cosa y Mena fue condenado a dos años en sistema semicerrado (un régimen similar al arresto nocturno en un hogar de la red Sename) y a un año de libertad asistida.

"El Mercurio" revisó las siete sentencias que registra el sistema por delitos graves en contra de Mena, y cruzó las fechas de sus detenciones, juicios y sentencias, donde hay una que destaca...

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