Creadores de desigualdad - 23 de Febrero de 2016 - El Mercurio - Noticias - VLEX 594136062

Creadores de desigualdad

En otras palabras, imagine una sociedad como aquella en las que vivían nuestros antepasados. Esta sociedad, desde un punto de vista igualitario, es perfectamente moral, pues no hay grandes diferencias de ingresos, oportunidades o calidad de vida. Suponga por un momento que un hombre del pueblo, angustiado por la falta de alimentos para su familia, tiene la genial idea de inventar un invernadero. Al poco rato esa familia tendrá más alimento que las demás y, por cierto, más oportunidades de sobrevivir.

Desde el punto de vista de la ética igualitaria, esta sociedad es ahora más inmoral que antes, pues se ha creado una desigualdad que no existía. Desigualdad que no solo beneficiará al que inventó el invernadero, sino también a sus hijos, quienes no tienen ningún mérito por el ingenio de su padre y, por tanto, según ciertos igualitaristas, no merecen ese alimento más que otros niños que no tuvieron la suerte de tener un padre tan creativo. Los justicieros igualitarios deberán, por tanto, destruir tan pronto puedan el nuevo invernadero.

Ahora bien, como los seres humanos no son meros espectadores de buenas ideas, si los justicieros fracasan en su tarea, después de un tiempo muchos comenzarán a copiar la nueva tecnología, generando un incremento en la calidad de vida de sus familias. Esto ocurrirá hasta que se generalice el uso de invernaderos y todo el mundo esté mejor. Pero el problema para el igualitarista está lejos de terminar. A poco andar, a otro habitante se le ocurre inventar una medicina para una peste que mataba a mucha gente. Como al principio la capacidad de producción de la medicina es limitada, solo unos pocos podrán acceder a ella, creando una enorme desigualdad en materia de oportunidades para sobrevivir. Esto sería, desde un punto de vista igualitario, intolerable, pues antes había una sociedad donde todos tenían las mismas oportunidades en materia de salud y ahora hay una donde unos pocos se diferencian radicalmente de otros. Si por...

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