Crea la subvención regular para el nivel medio mayor y menor, extiende la subvención escolar preferencial a este nivel, y crea una subvención parvularia preferencial. - Proyectos de Ley - Iniciativas legislativas - VLEX 914495512

Crea la subvención regular para el nivel medio mayor y menor, extiende la subvención escolar preferencial a este nivel, y crea una subvención parvularia preferencial.

Fecha05 Marzo 2014
Número de Iniciativa9262-04
Fecha de registro05 Marzo 2014
EtapaArchivado
MateriaSUBVENCIÓN PARVULARIA PREFERENCIAL, SUBVENCIÓN PREFERENCIAL NIVEL MEDIO MAYOR Y MENOR, SUBVENCIÓN REGULAR NIVEL MEDIO MAYOR Y MENOR
Cámara Legislativa de OrigenMensaje,Cámara de Diputados
Tipo de proyectoProyecto de ley
MENSAJE











MENSAJE DE S.E. EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA CON EL QUE INICIA UN Proyecto de ley que crea la subvención regular para el nivel medio mayor y menor, extiende la Subvención Escolar Preferencial a este nivel, y crea una Subvención Parvularia PREFERENCIAL destinada a aquellos establecimientos que impartan exclusivamente educación parvularia.

SANTIAGO, 3 de marzo de 2014.-









MENSAJE 417-361/







Honorable Cámara de Diputados:

A S.E. EL

PRESIDENTE

DE LA H.

CÁMARA DE

DIPUTADOS.

Tengo el honor de someter a vuestra consideración el siguiente proyecto de ley que crea la subvención regular del nivel medio mayor y menor, garantizando el acceso universal y gratuito a la educación a partir de los dos años, extiende la Subvención Escolar Preferencial a este nivel, y crea una Subvención Parvularia Preferencial destinada a aquellos establecimientos que impartan exclusivamente educación parvularia. I.Antecedentes

La educación cumple un rol fundamental en el desarrollo integral de las personas. Es por medio de la educación que los niños y jóvenes desarrollan su creatividad, sus habilidades físicas, emocionales, sociales, artísticas y cognitivas, y adquieren los conocimientos necesarios que les permiten relacionarse de una forma más profunda consigo mismos, con los otros, con su entorno, con la historia y la cultura.

Al mismo tiempo, el impacto que tiene la educación en la movilidad social, en el capital cultural de un país, en el progreso científico, tecnológico y económico hace que ésta cumpla un rol político, económico y social fundamental, incidiendo directamente en la calidad de vida de las personas y permitiendo avanzar hacia una sociedad de oportunidades, más libre, más justa y más cohesionada. Esto último es crucial, pues a través de la educación podemos atacar las diferencias, especialmente en los primeros años de vida, otorgando así iguales oportunidades a todos los jóvenes, independientemente de su origen.

Actualmente, en nuestro país la educación básica y media es obligatoria, y su cobertura es cercana a 100 y 93 por ciento, respectivamente; similar a la de los países más desarrollados del mundo. En los últimos 40 años hemos más que duplicado el número de años promedio de escolaridad, pasando de 4,3 años en 1970 a 10,5 años en 2011. La expectativa de escolaridad también ha aumentado significativamente; hoy un niño de cinco años tiene una expectativa de 16 años de estudio, sólo dos años menos que el promedio de los países de la OCDE. En este mismo ámbito, la brecha entre los niños vulnerables y los que pertenecen a familias de nivel socioeconómico alto se ha acortado de forma importante. Este progreso es fundamental para avanzar en calidad, equidad e integración social, pues la segregación e inequidad más radical es la que se da entre quienes tienen acceso a la educación escolar y quienes no.

Pero nuestro sistema educacional no sólo ha logrado avanzar en cobertura, sino que también en calidad y equidad, así lo reflejan tanto las pruebas internacionales como nacionales. Según los datos de la prueba PISA 2009, entre los años 2000 y 2009 fuimos uno de los países que más mejoró la calidad de su educación, reduciendo en 17 puntos porcentuales la proporción de jóvenes de 15 años que no cuenta con las competencias lectoras necesarias y disminuyendo a la mitad la brecha que nos separa con el promedio de los países de la OCDE (McKinsey, 2010). Este avance también se ve reflejado en los resultados de nuestra prueba SIMCE. En los últimos 10 años hemos mejorado en 16 puntos (0,32 desviaciones estándar) el desempeño en Lectura de los niños de cuarto básico y sólo entre 2009 y 2011 disminuimos en 5 puntos porcentuales la proporción de niños que se encontraba en el nivel inicial de Matemática e incrementamos en 4 puntos porcentuales el porcentaje de niños que alcanzó el nivel intermedio. Este avance en calidad se dio conjuntamente con un avance en equidad. Tanto en la prueba PISA como en el SIMCE se observa una disminución estadísticamente significativa en las brechas de los resultados según nivel socioeconómico de los estudiantes. En los últimos 10 años hemos disminuido la brecha en 21 puntos en la prueba de Lectura de cuarto básico, vale decir 0,4 desviaciones estándar.

En conclusión, la calidad de nuestro sistema educativo ha mejorado sustantivamente, sin embargo, como país debemos aspirar a más. Estamos convencidos que debemos seguir elevando los niveles de calidad y equidad de la educación, con el firme objetivo de alcanzar una sociedad más justa. Ese es nuestro desafío, la prueba PISA nos muestra que todavía uno de cada tres jóvenes de 15 años no tiene las competencias lectoras para desenvolverse de forma adecuada en el mundo de hoy. Los resultados de la prueba SIMCE 2012 lo corroboran, pues más de la mitad de los niños en cuarto básico no tienen las habilidades lectoras correspondientes a su nivel escolar, porcentaje que aumenta en segundo medio. Más crítico todavía es cómo se distribuyen los niveles de logros según nivel socioeconómico de las familias, puesto que los peores resultados se concentran en los niños más vulnerables. La prueba PISA 2009 revela que mientras 52 por ciento de los jóvenes vulnerables no tiene las competencias lectores suficientes, sólo 9 por ciento de los jóvenes de nivel socioeconómico alto no las tiene. Igualmente, el SIMCE del año 2012 nos muestra que ya en cuarto básico las diferencias son grandes; mientras los niños de nivel socioeconómico bajo obtienen en promedio 246 puntos en Lectura, los niños de nivel socioeconómico alto obtienen 301 puntos, una diferencia de 55 puntos (poco más de una desviación estándar).

II.IMPORTANCIA DE LA EDUCACIÓN PARVULARIA

Como puede apreciarse, aún nos falta camino por recorrer para que todos los niños de nuestro país tengan las mismas oportunidades. Avanzar en calidad y equidad de nuestro sistema educativo es una de las prioridades de este Gobierno y para ello la Educación Parvularia juega un rol fundamental.

Gracias a los avances de la ciencia hoy sabemos que el desarrollo en la temprana infancia es esencial para la trayectoria futura de los niños, influyendo de forma significativa en sus habilidades tanto cognitivas como socioemocionales y en su salud (Shonkoff & Phillips, 2000). Diversos estudios coinciden en que las diferencias en el desarrollo de los niños comienzan a manifestarse aproximadamente al año y medio de vida. El capital cultural de los padres así como las experiencias de vida son dos factores que inciden fuertemente en el desarrollo de estas habilidades, lo que se traduce en que los menores pertenecientes a familias de menor capital cultural muestran retrasos importantes en su desarrollo tanto cognitivo como no cognitivo respecto de sus pares, diferencia que, en general, se va acrecentando en el tiempo, lo que perjudica sus oportunidades futuras (Lee & Burkman, 2002; y Zigler, Gilliam & Jones, 2006). Así lo reflejan los resultados de nuestros estudiantes en Chile: mientras la diferencia en la prueba de Comprensión Lectora entre los niños pertenecientes a familias del nivel socioeconómico bajo y alto en segundo básico es de 53 puntos (una desviación estándar), en segundo medio ésta aumenta a 74 puntos (1,5 desviaciones estándar), según SIMCE 2012.

Por lo tanto, es crucial poder abordar estas diferencias lo antes posible. Variados autores han demostrado que las experiencias tempranas adecuadas de aprendizaje y cuidado contribuyen a brindar efectos positivos duraderos en la vida futura de los menores (Fox, Levitt & Nelson, 2010; Meaney, 2010; y Banco Mundial, 2009). En particular, se menciona que existen beneficios de asistir a centros de Educación Parvularia de calidad a partir de los dos o tres años para todos los niños, independientemente de su nivel socioeconómico (Larsen, J. y Robinson, C., 1989; Lipps, G. y Yipton-Avila, J., 1999; Sammons, P. et al., 2003 y 2004; Hirsch Jr., E. D., 2004; Barnet, S. et al., 2004; Magnuson, K. et al., 2003; Aguilar y Tansini, 2012), y que estos efectos positivos son mucho mayores en aquellos que provienen de familias con menor capital cultural (Currie y Thomas, 1995; Garcés et al., 2002; Grantham-McGregor et al., 2007; Engle et al., 2000; Laosa, 2005; Heckman, 2006; y Berlinki et al., 2008 y 2009). En Chile también contamos con evidencia sobre el efecto positivo de asistir a Educación Parvularia. En la Encuesta Longitudinal de Primera Infancia (ELPI) se observa un efecto positivo en el desarrollo psicomotor y cognitivo en los niños de tres años que asisten a un establecimiento de educación parvularia. Asimismo, los estudios de Hernández (2006), Contreras et al. (2007) y San Martín (2009) encuentran que haber asistido a educación parvularia tiene efectos positivos significativos en los resultados SIMCE. Urzúa y Veramendi (2011) evalúan el impacto de asistir a educación parvularia en el desarrollo de los...

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