Crea un nuevo sistema de financiamiento solidario para estudiantes de la educación superior. - Proyectos de Ley - Iniciativas legislativas - VLEX 914520026

Crea un nuevo sistema de financiamiento solidario para estudiantes de la educación superior.

Fecha15 Junio 2018
Número de Iniciativa11822-04
Fecha de registro15 Junio 2018
EtapaPrimer trámite constitucional (Senado) Primer informe de comisión de Educación y Cultura
MateriaEDUCACIÓN SUPERIOR, SISTEMA DE FINANCIAMIENTO SOLIDARIO PARA ESTUDIANTES
Tipo de proyectoProyecto de ley
Cámara Legislativa de OrigenSenado,Mensaje





Boletín N° 11.822 -04

Proyecto de ley, iniciado en mensaje de S. E. el Presidente de la República, que crea un nuevo sistema de financiamiento solidario para estudiantes de la educación superior.







M E N S A J E N° 043-366/




Honorable Senado:

A S.E. EL

PRESIDENTE

DEL H.

SENADO.

Tengo el honor de someter a vuestra consideración el siguiente proyecto de ley que crea un nuevo Sistema de Financiamiento Solidario para estudiantes de la educación superior, el cual reemplazará los mecanismos de financiamiento creados a través del sistema de créditos para estudios superiores garantizados por el Estado y de los fondos solidarios de créditos universitarios.
  1. ANTECEDENTES
  1. Consideraciones Preliminares

Para nuestro gobierno, uno de los principales ideales es el logro de una sociedad de oportunidades en la cual cada persona pueda desarrollar su máximo potencial según el proyecto de vida que libremente escogió para sí. Para ello, un sistema educacional de calidad basado en el principio de la libertad es imprescindible. Las personas que acceden a la educación superior suelen tener mayores oportunidades laborales, las que facilitarán su realización personal y el logro de una mejor calidad de vida. En ese sentido, es comprensible el anhelo de muchas familias y jóvenes por acceder a una instancia de formación que permitirá mejorar -muchas veces de manera sustantiva- su nivel de vida. Pero la educación superior no sólo satisface una expectativa individual; es también una manera a través de la cual nuestros jóvenes se forman como ciudadanos, integra y éticamente, lo que trae aparejados innegables beneficios para la sociedad en su conjunto. Podríamos decir entonces, en el contexto anterior, que una sociedad con mayores niveles de formación es una mejor sociedad.

Actualmente, casi un millón doscientos mil jóvenes asisten a la educación superior en Chile. De acuerdo a la Encuesta Casen, la cobertura bruta pasó desde 15,6% en 1990 a 53,1% en 2015, lo que nos ubica en un nivel similar al reportado por los países de la OCDE. Este notable avance ha sido en parte producto de los esfuerzos realizados por las propias familias que aportan recursos para la formación superior de sus hijos, y también consecuencia de los subsidios entregados por el Estado a los estudiantes a través de la gratuidad, becas y créditos.

Sin embargo, el sistema de financiamiento estudiantil tiene desafíos pendientes. Aún persiste un trato diferenciado entre estudiantes de igual vulnerabilidad y mérito académico según la institución de educación superior a la cual asisten. Así, los estudiantes que eligen universidades pertenecientes al Consejo de Rectores (CRUCH) tienen la posibilidad de acceder a becas de mayor cobertura y a un crédito más conveniente en comparación con aquellos que asisten a universidades que no integran este Consejo, y a institutos profesionales y centros de formación técnica. Este trato diferenciado limita la libertad de elección de los estudiantes, afectando la integridad de nuestro sistema de educación superior en su conjunto, pues éste tiene como uno de sus pilares la coexistencia de diversos proyectos educativos, que buscan atraer estudiantes en base a su calidad y sello institucional propio, lo cual se dificulta cuando existen tratos diferenciados en el financiamiento estudiantil.

Por otro lado, al analizar específicamente el sistema de créditos para el financiamiento de la educación superior, queda en evidencia la necesidad de continuar la labor que iniciamos durante nuestro primer gobierno, perfeccionándolo y haciéndolo más justo para todos los estudiantes. Esto tiene una especial relevancia dado que, si bien en los últimos años comenzó la implementación de una política de gratuidad para la educación superior, ésta irá avanzando gradualmente de acuerdo con el crecimiento económico del país, lo que ha quedado refrendado en la ley N° 21.091 sobre Educación Superior. Adicionalmente, las instituciones de educación superior podrían libremente decidir no adscribirse a dicha política. De esta manera, se hace necesario contar con un sistema de créditos robusto, basado en la justicia y en la equidad, que sirva para beneficiar a los estudiantes que están fuera de la gratuidad, ya sea porque no cumplen con el requisito socioeconómico; porque las becas de arancel a las que acceden son insuficientes para cubrir el arancel real; porque la institución de educación superior elegida por ellos decidió no incorporarse a la política de gratuidad; o bien porque, habiendo tenido gratuidad, han completado los años de duración formal de sus carreras y continúan estudiando.

Teniendo en cuenta este diagnóstico, nuestro programa de Gobierno se comprometió a crear un Sistema Solidario de Acceso a la Educación Superior que evite que las razones económicas impidan estudiar, que elimine el trato preferente a ciertas instituciones de educación superior, que resguarde la autonomía de las instituciones y también su sustentabilidad financiera. Así, hemos decidido presentar este proyecto de ley que crea un nuevo sistema único de créditos para la educación superior, los que serán otorgados por una sociedad anónima estatal, con mejores condiciones y mayor protección para sus beneficiados.

  1. Situación actual

A pesar de los notables avances en cobertura, nuestro país aún tiene desafíos pendientes en la equidad del acceso a la educación superior, y por ende, a las oportunidades de acceder a una mejor calidad de vida. De acuerdo a la Encuesta Casen 2015, al considerar la cobertura neta, en el decil de mayores ingresos, nueve de cada diez jóvenes asisten a la educación superior, mientras que en el decil de menores ingresos sólo tres de cada diez lo hacen.

Lo anterior evidencia la existencia de diferencias y desventajas que se generan mucho antes del ingreso a la educación superior, por lo que los esfuerzos del Estado deben enfocarse en la calidad desde la educación parvularia, continuando por la escolar. En este sentido, creemos que, si bien la gratuidad en la educación superior ya está incorporada, ella no es condición suficiente para lograr que una mayor cantidad de estudiantes provenientes de los hogares más pobres ingresen a la educación superior. En la Prueba de Selección Universitaria 2017, el 48% de los estudiantes egresados de escuelas municipales no logró superar los 450 puntos. ¿De qué les sirve a ellos la gratuidad, si pueden quedar fuera de la educación superior por criterios académicos? Es por esto que nuestro Gobierno debe desarrollar una política de financiamiento que permita que nadie quede fuera por motivos financieros, pero que a la vez reconozca que las mayores inversiones deben realizarse en los niveles educacionales iniciales, resguardando recursos para poder enfocarlos en ellos. Sólo así lograremos un acceso a la educación superior equitativo, donde la cuna no sea determinante para el desarrollo y las oportunidades a las que pueden acceder las personas.

Por otra parte, no se debe olvidar que si bien la educación superior genera muchos beneficios para la sociedad como un todo, quien la recibe también se beneficia privadamente de ella. Datos de la OCDE muestran que quienes egresaron a la educación superior en Chile perciben ingresos mensuales superiores al doble de los de aquellos que únicamente han completado el nivel de educación media. Así obedece a criterios de equidad y de mayor justicia social, reconocer que quienes cursan estudios superiores, una vez concluidos los mismos, puedan y deban retribuir lo que todos los ciudadanos, a través de sus impuestos, han invertido en ellos.

Por todo lo anteriormente expuesto y con el objeto de complementar el sistema de becas y gratuidad, es que proponemos la creación de un Sistema de Financiamiento Solidario (SIFS), el que permitirá que aquellos estudiantes que ingresen a una universidad, instituto profesional o centro de formación técnica acreditado financien sus carreras, puedan pagarlo una vez egresados, en condiciones favorables y tomando en cuenta su situación laboral y económica.

  1. JUSTIFICACIÓN DEL PROYECTO

En nuestro país, actualmente existen dos sistemas de créditos subsidiados por el Estado para financiar estudios superiores: el Crédito con Garantía Estatal (CAE) establecido por la ley N° 20.027 y el Fondo Solidario de Crédito...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR