Esa extraña costumbre de ser candidato
Pero es un hecho que Chile llegó y permanece hoy en la Copa América con un estatus extraño a lo que ha sido su historia en este torneo: el de candidato al título.
Más allá de las lógicas esperanzas internas, en el ámbito sudamericano la Roja ha ganado respeto, lo que se ha reflejado en que a la hora de las proyecciones, Chile aparezca hoy como favorito o al menos como una posible sorpresa.
Las razones para la nueva categorización de la escuadra nacional están más o menos claras. Se trata de una generación en plena consolidación, que tuvo un exitoso proceso de formación de la mano de Marcelo Bielsa y que hoy madura con Claudio Borghi.
Además, a pesar de ser un equipo relativamente joven, ha dado pruebas de suficiencia en instancias importantes -las eliminatorias pasadas y el Mundial de Sudáfrica- con una propuesta ofensiva irrenunciable tanto con Bielsa como con Borghi.
Todo eso, en su conjunto, pone a la Roja en una categoría pocas veces vista cada vez que ha iniciado su participación en las ediciones de Copa América (ver recuadros).
Generalmente, Chile ha enfrentado este torneo con planteles que están recién armándose -tras el término de una generación mundialista, como pasó en 1975- y que han apuntado a otros objetivos, específicamente clasificatorias mundialistas, o derechamente disminuidos en su potencial por diferentes circunstancias, como aconteció en Bolivia 1997, torneo que se realizó en medio de las disputas por llegar al Mundial de Francia.
Hoy es diferente. Se ve diferente. Acá y afuera se ve así. La Roja tiene chapa de candidato.
 ¿Era cosa de cambiar la alba por la roja?El 5 de junio de 1991, Colo Colo se consagraba campeón de la Copa Libertadores. Un mes después, el 6 de julio, la selección nacional debutaba en la Copa América, organizada por Chile, frente a Venezuela. Para el aficionado, la ecuación era simple: si la Roja jugaba el Sudamericano con la base de futbolistas albos y con el mismo sistema de juego aplicado por ellos en la Libertadores, podría ganar por primera vez la Copa América.
Pero ese nunca fue el plan de Arturo Salah, el seleccionador. El DT de la Roja no creía en las marcaciones personales, tampoco en los rombos ni en las delanteras con tres hombres, todos sellos de Mirko Jozic, triunfal entrenador de Colo Colo.
Tampoco Salah respetaba las posiciones que los jugadores de la Roja tenían en Colo Colo. Así, por ejemplo, el stopper Javier Margas de los albos era lateral izquierdo en la selección; el...
Para continuar leyendo
Solicita tu prueba