La costosa apuesta alemana por energía verde - 2 de Septiembre de 2014 - El Mercurio - Noticias - VLEX 526395406

La costosa apuesta alemana por energía verde

La Stromautobahn, como la llaman los residentes locales, no tendrá autos Audi ni BMW, sino electricidad de alto voltaje que viajará a lo largo de cientos de kilómetros de cables de aluminio y acero que se extenderán desde el Mar del Norte hasta el corredor industrial en el sur de Alemania.

El proyecto es la columna vertebral de la Energiewende alemana, o revolución energética, un gigantesco plan de un billón de euros que apunta a poner fin a la dependencia del país de los combustibles nucleares y fósiles para mediados de siglo, y la mayor prioridad interna de la Canciller Angela Merkel.

No obstante, muchas empresas, economistas e incluso los vecinos de Alemania temen que el enorme costo de reemplazar un sistema que actualmente funciona socave la base industrial del país y perjudique a toda la economía europea. La caída de 0,6% del Producto Interno Bruto alemán en el segundo trimestre frenó el crecimiento general de la Zona Euro, que no registró cambios en ese período.

En los últimos cinco años, los precios promedio de la electricidad para empresas han subido 60% debido al traslado de costos como parte de los subsidios del gobierno a productores de energía renovable. Los precios ahora duplican los de Estados Unidos, por ejemplo.

"La industria alemana perderá gradualmente su competitividad si este curso no se revierte pronto", afirma Kurt Bock, presidente ejecutivo de BASF SE, el mayor fabricante mundial de químicos.

La Unión Europea ha fijado una serie de metas sobre energía renovable para todos los miembros, que apuntan a que para 2020 alrededor de 35% de la electricidad de la región provenga de fuentes renovables, lo cual se considera ambicioso según estándares internacionales. Sin embargo, la "revolución solitaria" de Alemania, como la llaman algunos, va mucho más allá. Para 2025, Alemania busca producir entre 40% y 45% de su electricidad de fuentes renovables, y subir a por lo menos 80% para 2050. La mayoría de los países en la UE por ahora apuntan a la meta más baja y siguen usando energía nuclear.

Merkel, quien ordenó la retirada acelerada de Alemania de la energía nuclear luego del desastre de Fukushima en 2011, declaró que la Energiewende es tanto una importante contribución en la batalla contra el calentamiento global como un paso histórico para terminar con la dependencia mundial de la energía nuclear.

"Ningún país de la escala de Alemania ha buscado un cambio tan radical en su suministro de energía", dijo Merkel en un discurso...

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