'El costo familiar es brutal' - 15 de Junio de 2013 - El Mercurio - Noticias - VLEX 440937018

'El costo familiar es brutal'

-Estaba terminando de arreglarme un poco -dice mientras invita a pasar a este refugio suyo lejos del ruido y de la ciudad, de la política y la campaña. Hay que caminar un poco cerro arriba, por caminos zigzagueantes, donde distintos perros se van sumando. En este condominio hay aire más puro -el smog se ve abajo, denso-, hay pájaros cantando, no hay apuros, no se ven escoltas. Su estilista, Olguita, le da los últimos toques para la foto, mientras muestra los espacios y los adornos que ella ha ido trayendo desde distintos países a los que viajó en estos cuatro años. Desde perfumeros de Marruecos hasta objetos africanos, además de recuerdos de su familia y una mesa de comedor de madera antigua y muy vívida. Abajo, una piscina y quincho, y arriba, una sala donde cuenta que vio el partido anterior de "la Roja". El de ayer no, porque tuvo una comida, aunque tenía ganas de verlo, porque hizo muy buenos vínculos con algunos de los seleccionados, que le decían antes: "Tía, si usted va, yo me inscribo", cuenta riéndose.

Pide un té, ofrece café, y comienza a hablar con "Sábado" sobre cómo ha sido a nivel personal esta segunda aventura de candidata, sus ilusiones y sus dolores, y sus lecciones aprendidas en el escritorio de La Moneda. También despeja los rumores sobre su dureza al "congelar" ministros o colaboradores, y se emociona cuando cuenta los "brutales" costos para su familia por sus opciones.

-A usted, que fue una joven que luchó por el cambio en su época, ¿qué le parece que los jóvenes chilenos de hoy la vean como parte del establishment?

-No los quiero calificar. Algunos tienen prejuicios; otros, desconfianzas. Algunas de ellas, porque efectivamente hubo cambios que se quisieron hacer, pero que no fue posible. En 2007 mande la ley del fin al lucro, y otras que no fructificaron en el Parlamento. No es un problema solo conmigo, sino con la institucionalidad que nos rige hoy. Por eso, necesitamos nueva Constitución. Si no terminamos con los cerrojos que nos impiden avanzar, muchas de las cosas que quiero hacer no van a ser posibles. Si no, los jóvenes se abstienen de participar o se radicalizan. Y creen que hay que cambiarlo todo. Entonces, siento que expresa no solo que los jóvenes puedan mirar siempre a los adultos como personas de otro siglo, sino que está reflejando una mirada que no incorpora a esos otros elementos.

-Si fuera joven, ¿estaría en la calle?

-Seguro, seguro.

-¿Su hija?

-Sí, ella participa. Lo que sí, hay algo que me han manifestado profesores universitarios que les preocupa. Porque esta es una juventud que, como toda juventud, está llena de sueños y ganas de mejorar. Y yo encuentro que eso es maravilloso. Pero lo que algunos profesores señalan es que lo que no ven como contrapartida es que toda demanda puede ser súper justa y legitima, pero que no basta con exigir, sino que hay que establecer compromisos. Y ver cómo yo aporto para ese cambio, de una manera responsable, realista y constructiva. Porque todos podemos gritar y exigir, yo me puedo parar y hacer el mejor de los discursos y dejar feliz a una enorme cantidad de gente, de jóvenes. Pero cuando una es candidata, y sabe lo que significa gobernar, sabe lo que es un gobierno de cuatro años, en que un país tiene que enfrentar tareas urgentes y tareas importantes, tiene que resolver todo lo urgente y dejar sentadas las bases para todo lo importante. Y algunas de ellas se logran en cuatro años, otras toman dos gobiernos. Y yo siento que la mayoría de la gente entiende eso.

-¿Los jóvenes no?

-Algunos no. Y entonces empiezan a sospechar; que esto no es real, que son ofertones electorales. Yo, la verdad, nunca he hecho ni haré un ofertón.

No he congelado a nadie

-¿Qué le pasa cuando dicen que su principal fortaleza es la simpatía o el carisma? ¿No le da rabia?

-(Se ríe) Al principio me daba rabia. Eso también lo decían en 2005, y ya aprendí que, bueno, así es no más, es tal vez un último recurso defensivo del machismo en nuestro país. Yo creo que es una manera de ningunear a las mujeres. Quiero entenderlo como una maniobra electorera, porque me daría mucha pena que en Chile todavía haya gente que esté tan...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR