Los coreanos del Chacao - 16 de Agosto de 2015 - El Mercurio - Noticias - VLEX 580102978

Los coreanos del Chacao

Yasna, una secretaria que ya empieza a acostumbrarse a la presencia de sus nuevos vecinos, resume así a la treintena de ingenieros coreanos que hace un par de meses instalaron su cuartel general en un hotel del centro de Puerto Montt.

Allí, a miles de kilómetros de distancia de sus hogares, y por estos días casi sin levantar cabeza, porque están prontos a una entrega importante, trabajan apuradamente en los diseños del futuro Puente de Chacao.

Son la avanzada, porque en pleno desarrollo del proyecto, más de 500 profesionales -principalmente coreanos- estarán en Pargua trabajando en las obras del emblemático proyecto que conectará la Isla Grande de Chiloé con el continente. Y aunque aún son relativamente pocos, su presencia ya empieza a notarse en la ciudad.

Desafío único

Transitando con sus casaquillas azules rotuladas "Hyundai", su imagen ya se hace habitual en el día a día. Moviéndose como locales, en sus ratos libres van al supermercado, al cine o se juntan a jugar fútbol.

Se nota que no son turistas y estarán en Chile una larga temporada. "Mínimo dos años, el plazo que pone la empresa" explican, pero muchos esperan quedarse hasta el final. Es decir, los siete años que se estima durará la construcción.

Porque dicen que haber sido elegidos para este proyecto es un desafío profesional y personal. Aunque han participado en muchas obras alrededor del mundo, Chacao "es un reto desde el punto de vista de la ingeniería", reconoce Hyo Jung Kang, el gerente del proyecto, quien lleva un año en el país.

Como las fuertes corrientes en la Roca Remolino -que está situada justo en la parte más angosta del canal, casi al medio, y servirá de apoyo a la pila central- y la enorme variación de mareas, que les deja un tiempo muy limitado de operación. Una obra de esa envergadura, además, en una zona remota y aislada presenta limitaciones de movimiento de maquinaria pesada.

-En otro lado tal vez sería un poco más fácil, pero la distancia obliga a un ingeniero a proyectar y resolver dificultades.

Kang lleva 23 años en la compañía y varios puentes construidos en el cuerpo, tanto en su país como en otros de Asia. De los emblemáticos recuerda uno en Corea "atirantado como Chacao, pero de concreto, con otra tecnología". Explica que si en el de acá los tableros de acero son prefabricados, se traen y se montan, allá todo el trabajo de hormigón fue en in situ . "Un desafío difícil", recuerda.

Se considera a sí mismo un especialista en ellos. Y la posibilidad de...

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