Cuando el corazón traiciona a las mujeres - 16 de Febrero de 2016 - El Mercurio - Noticias - VLEX 593663582

Cuando el corazón traiciona a las mujeres

-No sabía lo que era. Me empezó a doler mucho mi brazo izquierdo mientras bailaba. Después empecé a sudar y sudar, luego sentí un golpe fuerte en el pecho. Me fui caminando hasta mi casa, vivo a tres cuadras, y el golpe siguió. Me fui a la clínica.

Mónica nunca perdió el conocimiento. Le costó creer cuando escuchó que se estaba infartando y había que operar de urgencia. Estuvo un mes en el hospital y, desde que salió, cambió su alimentación: eliminó quesos, cecinas y bajó las carnes rojas, fuentes de colesterol. En marzo del 2015 tuvo su segundo infarto. "Me cambió la vida, porque hoy soy absolutamente dependiente de mis remedios para poder seguir viviendo. Tengo que caminar harto, y me gusta, pero sigo con mi vicio del cigarrillo".

Carmen Warner -dueña de casa de 68, madre de cuatro hijos- tenía, a fines de los 90, diez kilos de sobrepeso, sus índices de colesterol disparados y vivía "en una casa llena de humo":

-Yo fumaba como loca, una cajetilla o más al día desde los 16 años. Amanecía con el cigarro y me acostaba con el cigarro. Mi marido, mis hijos, mi suegra y mi empleada puertas adentro, fumaban. Estando con mis niños en La Calera, donde yo vivía, me empecé a sentir muy cansada, me daba lata hacer las cosas. Él me llevó a un cardiólogo. Me hizo un estudio completo y le dijo a mi marido que me tenía que ir a la clínica.

Carmen recuerda que "llegué fumando a la Católica. Me hicieron otro test de esfuerzo y ya no me soltaron más. Me hicieron una angioplastía y ahí salió que tenía cuatro arterias tapadas. Me tuvieron que operar". Que las arterias se le taparan tuvo explicación: durante años, en casa de Warner acostumbraban a hacer asados y ella se regalaba con interiores animales. También comía mucha carne roja y otros alimentos con colesterol y grasas saturadas. Se salvó del infarto, pero pudo haber muerto: además de su alimentación poco saludable, tenía 49 años cuando supo que era productora natural de LDL o colesterol malo.

Pero no cambió sus hábitos.

-Cuando te operan, quedas bien, sana. Empastillada, vuelves a tener ánimo y fuerza, a hacer tu vida normal. Entonces, claro, todos fumaban, yo sacaba mi cigarro también y fumaba. Y a los diez años, en 2007, me encontraron un ruidito raro. !Tenía cinco arterias tapadas¡ Ahí sí que me puse a llorar. Fue un error mío, y en parte de mi cuerpo, que produce colesterol.

Carmen no ha olvidado sus dos operaciones a corazón abierto. Aunque hoy tiene "unos veinte kilos de sobrepeso", mejoró sus índices de colesterol, presión arterial y hace gimnasia: una hora diaria en piscina, cardiopilates o máquinas. También camina.

Las cifras sorprenden: en Chile las víctimas del corazón y accidentes cerebrovasculares hace...

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