Corazón del surf en el desierto de Atacama - 4 de Febrero de 2024 - El Mercurio - Noticias - VLEX 981099343

Corazón del surf en el desierto de Atacama

E l sol perpetuo del desierto exhala vehemente su calor sobre la arena, pero la brisa que viene del mar mitiga su golpe. Las personas que hemos llegado hasta este lugar miramos la ola celeste que avanza sin tregua, expulsando blanca espuma de su labio filudo. Son las nueve de la mañana y la playa de Portofino jamás había tenido tantos visitantes.Un oasis en esta parte del desierto se ha formado con las campers , toldos y sillas plegables que se instalaron cerca de la orilla. Familias completas admiran a los surfistas sobre las olas. Infaltables son los lentes de sol, jockey , cualquier cosa que sirva para protegerse del sol. Hay muchos que sacan fotos con teleobjetivos; otros aprovechan de broncearse. Niños juegan entre las rocas o se bañan en las pozas. Otros elongan dentro de su traje de neopreno, mientras escuchan los últimos consejos de su coach .Lo dicho: usualmente, Portofino no es tan concurrido. Salvo una vez al año, cuando los mejores exponentes del surf nacional migran al Desierto de Atacama para batirse durante tres días.Un total de 50 competidores de todo Chile, sus familias, amigos, curiosos, han llenado el pequeño balneario. Las cabañas del pueblo están repletas; el evento más esperado del año marca la temporada aquí, y se nota.La Meca de este oasis es una torre armada con andamios y cubierta con tela negra de carpa. En lo alto, diez jueces califican a los competidores. Alrededor, unos cien espectadores seguimos atentos la voz animosa del megáfono que entrega los resultados. Sumamos los números para adelantar quién ganará el hit .Esta dinámica se mantiene hasta las cinco de la tarde, cuando la competencia se detiene y es el momento para los aficionados, que se meten a surfear sin jueces que los miren, o para ir a las Pozas . A unos diez minutos de caminata del point se forman unas piscinas naturales en la roca muy agradables.La arena en Portofino es extremadamente blanca y muy fina. El mar la baña transparente en la orilla y celeste hacia el horizonte. Esta escenografía -playa junto al desierto- la hace lucir paradisiaca, muy fotogénica. Y como no funciona bien la señal del teléfono ni la conexión a internet, el lugar en sí se siente como un paréntesis en el tiempo.Con el atardecer al frente, comienza la organización del asado. Los mismos que compitieron durante el día, se abrazan esta noche. Son todos amigos, se conocen de otros campeonatos y de otras olas. Cristian Aguirre es uno de ellos. Le dicen el Chala. Surfista de larga trayectoria...

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