Los controvertidos casos que han debido enfrentar las máximas autoridades de Investigaciones en las últimas décadas
| Fecha de publicación | 16 Marzo 2024 |
Vertiginoso se podría considerar el paso de los exdirectores de la PDI, al contrastarlos con el de su contemporáneo Sergio Muñoz, quien enfrentaría una formalización por una arista del denominado caso "audios".
De ahí a los anteriores encargados de la PDI, es posible observar que las dificultades suelen ser una constante. En lo más reciente, el antecesor de Muñoz, Héctor Espinosa, para quien la fiscalía pide 20 años de presidio por la presunta malversación de más de $140 millones correspondientes a gastos reservados mientras desempeñaba el alto cargo de la policía civil.
Sobre la forma en que el exdirector general de la policía habría ejecutado el delito, el Ministerio Público plantea que habría contado con el apoyo de dos coimputados. Y se sindica a su ayudante personal, al subcomisario Eduardo Villablanca, como el encargado de retirar los gastos reservados desde la cuenta de la PDI en el BancoEstado para luego entregárselo en fajos de billetes.
Así, Muñoz y Espinosa están enfrentando actualmente indagaciones de la justicia. Más atrás, a Arturo Herrera no le pasó lo de sus sucesores, pero sí salió de manera anticipada de su cargo, en tiempos de la expresidenta Michelle Bachelet. El caso que gatilló la crisis -y que derribó al entonces jefe policial- fue la denuncia sobre la presunta participación de cinco detectives en servicio activo como clientes de una red de prostitución de menores que operaba en Valparaíso. Por esta investigación, el Ministerio Público había anunciado las formalizaciones de cinco funcionarios.
El en ese momento -en 2009- ministro del Interior, Edmundo Pérez Yoma, recibió en su residencia en Las Condes al ex alto funcionario de la PDI para abordar la situación por la que atravesaba la institución. Fue allí que el jefe de gabinete le recomendó a Herrera hacer un gesto y dar un paso al lado, lo que terminó por concretar, como se lee en artículos de prensa. A Herrera le sucedió Marcos Vásquez a cargo de la PDI.
Y el devenir para quizá el más longevo de los directores de la PDI, Nelson Mery, la tranquilidad también le fue esquiva mientras desempeñó su cargo, desde 1992 hasta 2003; en 11 años, el funcionario debió enfrentar una alta exposición, así como una denuncia de Odette Alegría, quien lo acusó de violaciones de DD.HH. en dictadura. Lo cierto es que judicialmente la causa terminó con la condena a Alegría por injurias y calumnias en contra de Mery.
Mucho más atrás, en 1972, el llamado caso...
De ahí a los anteriores encargados de la PDI, es posible observar que las dificultades suelen ser una constante. En lo más reciente, el antecesor de Muñoz, Héctor Espinosa, para quien la fiscalía pide 20 años de presidio por la presunta malversación de más de $140 millones correspondientes a gastos reservados mientras desempeñaba el alto cargo de la policía civil.
Sobre la forma en que el exdirector general de la policía habría ejecutado el delito, el Ministerio Público plantea que habría contado con el apoyo de dos coimputados. Y se sindica a su ayudante personal, al subcomisario Eduardo Villablanca, como el encargado de retirar los gastos reservados desde la cuenta de la PDI en el BancoEstado para luego entregárselo en fajos de billetes.
Así, Muñoz y Espinosa están enfrentando actualmente indagaciones de la justicia. Más atrás, a Arturo Herrera no le pasó lo de sus sucesores, pero sí salió de manera anticipada de su cargo, en tiempos de la expresidenta Michelle Bachelet. El caso que gatilló la crisis -y que derribó al entonces jefe policial- fue la denuncia sobre la presunta participación de cinco detectives en servicio activo como clientes de una red de prostitución de menores que operaba en Valparaíso. Por esta investigación, el Ministerio Público había anunciado las formalizaciones de cinco funcionarios.
El en ese momento -en 2009- ministro del Interior, Edmundo Pérez Yoma, recibió en su residencia en Las Condes al ex alto funcionario de la PDI para abordar la situación por la que atravesaba la institución. Fue allí que el jefe de gabinete le recomendó a Herrera hacer un gesto y dar un paso al lado, lo que terminó por concretar, como se lee en artículos de prensa. A Herrera le sucedió Marcos Vásquez a cargo de la PDI.
Y el devenir para quizá el más longevo de los directores de la PDI, Nelson Mery, la tranquilidad también le fue esquiva mientras desempeñó su cargo, desde 1992 hasta 2003; en 11 años, el funcionario debió enfrentar una alta exposición, así como una denuncia de Odette Alegría, quien lo acusó de violaciones de DD.HH. en dictadura. Lo cierto es que judicialmente la causa terminó con la condena a Alegría por injurias y calumnias en contra de Mery.
Mucho más atrás, en 1972, el llamado caso...
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