El control al poder - 7 de Noviembre de 2015 - El Mercurio - Noticias - VLEX 586423666

El control al poder

En medio de la golpeada credibilidad del empresariado estalló el caso de colusión en el "sensible" segmento de los papeles tissue , involucrando a una docena de ejecutivos de CMPC-SCA (ex PISA). Horas más tarde la Corte Suprema ratificaba las multas por colusión a los productores de pollos y ordenaba la disolución de su asociación gremial. Necesitamos más libre empresa, pero también es claro que el poder económico requiere vigilancia, límites y sanciones. No es capaz de controlar sus impulsos.

Tampoco los políticos refrenan sus pulsiones. Esta semana la Comisión de Constitución de la Cámara aprobó una indicación a la reforma de Ley de Partidos Políticos que obliga a los parlamentarios a obedecer órdenes de partido, prohibiendo incluso su objeción de conciencia. Ajenos al minúsculo 4% de confianza ciudadana con que cuentan (UDP), los partidos tradicionales intentan ahora replicar las viejas prácticas de la nomenklatura soviética sometiendo a sus legisladores e impidiéndoles lo que Burke definía como el necesario proceso de reflexión racional orientado al bien común y no hacia algún interés particular al que ellos están obligados.

A los viejos intereses se unen ahora nuevos grupos que también quieren dar un mordisco a la torta del poder. Los funcionarios del Registro Civil completaron 40 días en paro y 3 millones de trámites sin efectuar. En medio de la pasividad del Gobierno, los empleados públicos anteponen sus intereses económicos pisoteando los derechos básicos de los chilenos.

Estamos en presencia del mayor reordenamiento del poder empresarial y político de las últimas décadas, solo comparable con las privatizaciones de Pinochet que por decreto reasignara la propiedad de las grandes compañías o el plebiscito de 1988 que terminó con la dictadura. Empresarios y políticos tradicionales, pero también el Gobierno, ya no están solos en el poder. Pierden influencia y capacidad de control. Entran en escena los fiscales, los medios de comunicación y los grupos de presión, imponiendo también sus demandas. El desafío es evitar que en medio de nuestra débil gobernabilidad, tanto los enquistados como los nuevos entrantes presionen para imponer sus privilegios o promuevan populismos salvíficos que no apunten al bien común. Por ello, la salida a estos conflictos debe transitar por la vía institucional. La única legítima.

El desafío es conciliar el avance hacia mayores libertades económicas y políticas con un adecuado control de los abusos del poder...

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