El contacto con la tierra ha traído grandes beneficios a este colegio de La Pintana - 1 de Octubre de 2018 - El Mercurio - Noticias - VLEX 741168201

El contacto con la tierra ha traído grandes beneficios a este colegio de La Pintana

Una de las primeras cosas que se ve al entrar al Colegio Jorge Huneeus Zegers de La Pintana es un cartel que invita a los estudiantes a moverse en bicicleta. "Tiene cero emisiones, mejora la salud y ejercita tu cuerpo", dice el aviso. A pocos pasos aparece el primer punto limpio, una zona especialmente habilitada para que los apoderados traigan residuos de cartón y botellas de plástico.A medida que se recorre el establecimiento aparecen muchos otros espacios dedicados al reciclaje: hay basureros exclusivos para dejar papel blanco y otro para restos electrónicos. Con el objetivo de que aprendan a diferenciar residuos desde niños, en el patio de prebásica también hay basureros diferenciados.No es lo único que desde chicos aprenden a distinguir los alumnos de este establecimiento subvencionado. Los distintos árboles que forman parte del colegio -donde estudian cerca de 3.500 niños de prekínder a 4° medio- tienen un cartel que indica su nombre común y el científico. "Los (árboles) nativos, además, llevan una bandera chilena dibujada", explica Natalia Fuentes, encargada del programa de educación ambiental de la Fundación Educacional Isidora Zegers de Huneeus.Toma de concienciaMotivados por entregar a sus alumnos las bases para actuar como ciudadanos respetuosos con el medioambiente, en 2014, las autoridades del establecimiento decidieron incluir la educación ambiental dentro y fuera del aula, lo que significó destinar áreas que estaban abandonadas a huertos e invernaderos, así como otras a zonas para hacer lombricultura y compostaje. La materia, además, se integró al currículo como parte de las clases de Tecnología."De 3° a 6° básico estamos trabajando con la metodología del Aprendizaje Basado en Proyectos. En 3° básico, el objetivo de aprendizaje de Tecnología era crear un objeto tecnológico, algo nada que ver con medioambiente, pero nosotros lo ocupamos para que sí fuera medioambiental. En esa generación hay un problema grande de sobrepeso, así que lo que se creó fueron objetos que ayudaran a mantener un huerto con vegetales", ejemplifica Fuentes.Con las manos todavía sucias por haber estado trabajando con una mezcla de tierra, hojas, ramas y raíces, Alexandra López, de ocho años, cuenta que esta semana les tocó armar maceteros para cultivos. Los hicieron con botellas plásticas que cortaron por la mitad y a lo largo."Las rellenamos con compost, y ahora vamos a plantar una planta, para después cuidarla", comenta. "Yo he ido enseñando en mi casa...

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