El Congo: agua, épica y tragedia - 5 de Enero de 2020 - El Mercurio - Noticias - VLEX 831799737

El Congo: agua, épica y tragedia

Es tal la fuerza con la que desemboca el río que le da nombre al Congo, y tanto el material que arrastra, que la mancha de tierra se adentra hasta ochocientos kilómetros en el mar y se ve en las imágenes satelitales. "Así comienza un país: mucho antes de alcanzar la costa, diluido en una gran cantidad de agua en el océano", escribe el historiador belga David van Reybrouck (Brujas, 1971) en su libro "Congo. Una historia épica" (Taurus). Publicado en 2010, traducido a más de veinte idiomas, elogiado, ahora se edita en castellano.Si algo conoce uno del Congo es su historia contemporánea, al líder independentista Lumumba y la dictadura de Mobutu (1971-1996), quien rebautizó al país como Zaire (hoy República Democrática del Congo); tal vez el primer contacto entre Europa y el Congo, gracias al colonialismo portugués; quizás el viaje del inglés Henry Morton Stanley que, en el siglo XIX, descubrió el interior del territorio para occidente; o el comercio europeo y árabe de personas esclavizadas y de marfil, el feroz régimen colonial belga (1885-1960) instaurado por Leopoldo II. Sin embargo, la más antigua mención escrita al Congo data de 2.500 años antes de la era común: en una tumba egipcia unos jeroglíficos hablan del "país de los espíritus", según cuenta Van Reybrouck.-¿Cuándo empieza esta historia?"El país tiene 90 mil años de historia humana y sería un error creer que todo esto era estático e inmóvil hasta que Stanley trajo la luz de la civilización a la región. El Congo tenía una historia antes de la llegada de Occidente. Partiendo de sociedades muy pequeñas de cazadores-recolectores, ya se había convertido en una región con reinos indígenas del tamaño de Irlanda".Héroes y villanosArqueólogo y filósofo, con estudios en Leuven, Cambridge y Leiden, Van Reybrouck escribió un libro que es historia, también ensayo y crónica, y que, con más de setecientas páginas, tiende a la totalidad: el relato llega hasta 2010, con los primeros intentos democráticos. La obra es un tejido de gran historia y testimonios personales que, a veces, se remontan al siglo XIX. Van Reybrouck decidió escribirla porque, previo a su primer viaje al Congo, en 2003, no encontró un libro sobre el país para hojear en el avión. Podría haber leído "El corazón de las tinieblas" (1899), la novela de Joseph Conrad, quien pasó algunos meses en el Congo y salió de ahí con la historia del marinero Charlie Marlow. Sin embargo, al preguntarle su opinión sobre esa ficción, Van Reybrouck...

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