El complejo momento del Partido Comunista y su apuesta para 2015
Pocas horas después, desde La Moneda le solicitaron a Teillier que el partido les propusiera nombres para el reemplazo de Lagos, a quien, públicamente, Peñailillo le dedicó elogios: había sido "un asesor leal" y esperaban ver, más adelante, cómo podría "seguir contribuyendo a las tareas de gobierno".
De esta forma terminaba uno de los complejos episodios que en las últimas semanas ha vivido el Partido Comunista. Porque la salida de Lagos del Ejecutivo -luego de insultar al diputado de la UDI José Antonio Kast en una entrevista- se suma a los diversos flancos que la colectividad ha enfrentado en estos días, como la investigación a la Universidad Arcis; las disputas en las bases del Colegio de Profesores y de la CUT; la pérdida de influencia en las federaciones de estudiantes, y el impasse con la Democracia Cristiana tras las declaraciones del embajador Eduardo Contreras.
En el PC están conscientes de que estos hechos no son solo parte de la coyuntura, sino que también responden a un contexto mayor que comenzó hace cuatro años en su último Congreso Nacional de 2010. Allí dejaron por escrito el origen de lo que luego se transformó en la Nueva Mayoría.
"Cuando hablamos de un gobierno de nuevo tipo, debemos comenzar a pensar en las alianzas para construir ese gobierno programáticamente (...). Debemos considerar los puntos acordados con la Concertación como constitutivos de una base programática para el gobierno de nuevo tipo", se lee en su declaración final cuando en La Moneda estaba la Alianza, liderada por el entonces Presidente Sebastián Piñera.
Pero hoy son parte del oficialismo y han debido asumir los costos de estar "al otro lado del mesón".
Parte de este escenario es lo que analizarán en el pleno del comité central que se convocará entre diciembre y enero próximo. Y donde se darán, además, los lineamientos que debatirán en el Congreso Nacional que tienen programado para 2015.
Desafío para reforzar elencos y presencia en movimientos sociales
"De existir algún costo político, eso se verá a largo plazo", comentan desde el entorno de Teillier cuando analizan la dualidad que han debido enfrentar entre ser oficialismo y estar "en la calle". Ese costo, precisamente, creen que se dará en su relación y en su presencia en los movimientos sociales, una de las fortalezas históricas del PC.
De hecho, hoy reconocen que existe una preocupación por mejorar la comunicación con las bases. En los espacios de discusión partidaria, como en la comisión política del lunes pasado, analizan que, hasta ahora, la implementación del programa de gobierno de la Nueva Mayoría ha sido correcta y se muestran satisfechos con el actuar que ha tenido la Presidenta Michelle Bachelet.
Pero, junto con ello, consideran que como partido tienen una responsabilidad mayor a lo netamente legislativo y que un desafío que están afrontando es cómo pueden reforzar la explicación de las reformas que se están llevando a cabo.
En la colectividad existe consenso en definir el factor que les impide cumplir ese objetivo de forma óptima. Apuntan a que sufren de una falta de elenco, puesto que al aumentar su presencia en la Cámara de Diputados y sumarse al Gobierno, muchos de los dirigentes que antes realizaban esas labores de terreno y de contacto con las bases hoy están trabajando con la bancada o en diversos puestos del Ejecutivo en todo el país.
"Se necesita una renovación de dirigentes, que exista un tiraje de la chimenea", comenta el diputado PC por Coquimbo, Daniel Núñez.
El parlamentario reconoce que el ser parte hoy del gobierno "implica una tensión" y que conlleva la "superación de fenómenos nuevos", pero que aquello no significa "renunciar a tener presencia en los movimientos sociales; por el contrario, es una constante preocupación el aumentar nuestra presencia en ellos".
Similar mirada tiene Manuel Hernández, integrante...
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