El complejo futuro de la impresionante colección Gurlitt
Como dijera el director del museo suizo, Mathias Frehner, "nosotros prometimos transparencia y estamos felices de poder ser capaces, tres días después del acuerdo, de entregar un listado ilustrado de los trabajos de la colección. Este es un primer gran paso".
El listado de piezas incluye piezas de los mejores maestros del impresionismo y posimpresionismo. Aparecen muchos de los protagonistas del arte moderno y hay pinturas y dibujos de maestros como el Canaletto y Brueghel, además de Courbet, Rodin, Cézanne, Matisse, Monet, Picasso, Chagall, Munch, Beckmann, Liedermann (ver recuadro). La magnífica colección -avaluada en más de mil millones de euros- se vislumbra como el legado artístico privado más valioso de la historia reciente.
Su dueño, el silencioso y enigmático Cornelius Gurlitt, dedicó su vida a cuidar la colección. Y no se equivocó al elegir al Kunstmuseum como el único legatario de sus obras, el museo más antiguo e importante de Suiza, reconocido por su seriedad y eficiencia.
Pero ese destino soñado por Gurlitt para las obras no será fácil de cumplir. El Museo de Bellas Artes de Berna aceptó recibirlas no sin antes estipular un estricto acuerdo de tareas a desarrollar sobre el futuro del legado, documento firmado con las autoridades del estado libre de Bavaria y del Estado Federal de Alemania. Ese plan -del que se empiezan a ver frutos- consigna investigaciones, restituciones de obras y subraya la necesidad de que haya transparencia pública de todo el proceso.
El presidente de la Fundación del Museo de Arte de Berna, Christoph Schaüblin, ha confesado que la decisión no fue fácil, considerando los aspectos morales y "la historia que pesa sobre la colección", iniciada por el marchante de arte Hildebrand Gurlitt, padre de Cornelius. A Hildebrand se le encomendó adquirir obras para el museo que proyectaba el Führer y fue también uno de los encargados de vender arte moderno que el nazismo descolgó de los museos alemanes, acusándolo de "arte degenerado".
Al parecer, el marchante habría aprovechado de conseguir para él algunas de esas pinturas, y se sospecha que pudo obtener otras piezas que fueron requisadas ilegalmente a judíos. Por eso se habla de cerca de "540 obras sensibles" del legado, las que serán objeto de estudios especiales. El mayor trabajo con la colección empieza ahora y con esas pinturas y dibujos en Alemania. Solo una vez que estén libres de cuestionamiento podrán enfilarse hacia las mesetas suizas. El propio director del...
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