Comedores solidarios - 14 de Julio de 2020 - El Mercurio - Noticias - VLEX 846214630

Comedores solidarios

Renca. Lunes 6 de julio. 13:05 horas. Delia Fernández (64) y su marido suelen asistir tres veces a la semana a la olla común que coordina la organización Hijos de la calle, un colectivo que busca mejorar las condiciones de vida de los vecinos. Hay varias iniciativas que entregan almuerzos en el sector donde viven, pero a este matrimonio el comedor de Hijos de la calle les queda cerca. Entregan 400 platos de comida por jornada, tres veces a la semana: martes, jueves y sábado.-El resto de los días que no hay ollas comunes nos arreglamos con lo que tenemos -dice Delia, quien durante varias semanas cocinó para las 13 personas que viven en su casa. Recibieron una caja de alimentos, pero dice que ya se les acabó.Antes de la pandemia del coronavirus, Delia vendía en la feria. Su marido y sus nietos tampoco están trabajando, porque son obreros y paralizaron la obra que estaban construyendo en Santiago Centro. Ahora, el único sueldo que la familia percibe es la pensión de Delia. Son 100 mil pesos mensuales, que ella asegura: "no alcanza ni para pagar los servicios". La situación la llevó a pedir dinero en las calles de su comuna para comprar alimentos. Dice que esta semana tiene que salir de nuevo.-Salía sola a pedir, no arriesgo a mis nietos. Con eso comíamos... Con la pandemia, la gente como yo se fue abajo.***Conchalí. Viernes 12 de junio. 11:00 horas. Miriam Segura (49) y su familia llevan dos semanas recibiendo almuerzos de una olla común organizada por la junta de vecinos de su población, Juanita Aguirre. Ella los contactó el 28 de mayo cuando tuvo certeza de que se quedarían sin alimentos. Hace tres meses, Miriam dejó de trabajar limpiando casas ("me dijeron que no fuera más durante la cuarentena"). Javier, su pareja, es obrero de la construcción y quedó cesante cuando paralizaron el proyecto donde trabajaba. Durante esos meses, la familia se mantenía con el ingreso que generaban sus dos hijos mayores, quienes hacían panes y postres que entregaban a domicilio. Todo cambió cuando uno de ellos presentó síntomas de coronavirus y toda la familia inició una cuarentena preventiva por recomendaciones del médico.La olla común de la población Juanita Aguirre, ubicada al norte de Conchalí, comenzó el 25 de abril. Aunque originalmente el 15 de marzo solo entregaban almuerzos y alcohol gel a un grupo de adultos mayores. La presidenta de la junta de vecinos, Jessica Aguilar, explica que unas semanas después la iniciativa se amplió porque notaron que...

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