La comedia 'El lobby del odio' luce anémica y sin gracia - 18 de Diciembre de 2016 - El Mercurio - Noticias - VLEX 655751529

La comedia 'El lobby del odio' luce anémica y sin gracia

Escrita en 2006, "El lobby del odio" difiere de sus piezas anteriores, en que es una comedia más íntima, y no política o social; si bien la intención satírica acompaña igual el retrato del inevitable desamor de una pareja con 20 años de convivencia. Sus únicos personajes son un científico chileno exiliado en Francia y su esposa gala también científica, que buscan recomponer su relación mientras en un laboratorio de alta montaña investigan la creación de una píldora de la felicidad (eso los hace rivalizar por el Premio Nobel).

Es una idea típica de Galemiri, otra de sus fantasías delirantes para sustentar su habitual despliegue de barroquismo oral colmado de ironía "clever". Claro que su exceso de adjetivación -con abuso de prefijos como post, neo o híper- suena ahora repetido, escuchado antes demasiadas veces, y sus elaborados juegos de humor intelectual ya no causan gracia como otrora. Entonces uno se pregunta: ¿por qué elegir un texto cuya ineficacia y recargada verborrea estaba a la vista desde su publicación hace una década? ¿Hay algo más frustrante que una comedia que no nos haga sonreír pese a sus muchos esfuerzos?

No es todo. Para el notable diseñador escénico Rodrigo Bazaes que dirigió, esto no es como poner en escena la "Oleanna" de David Mamet que condujo en agosto, una ficción con parámetros bien definidos a priori. Aquí, como en tantos montajes de Galemiri que recordamos, crea un inexistente Narrador para adjudicarle las torrentosas acotaciones del texto, y le agrega una ayudante. Hay un atractivo diseño integral de Cristián...

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