Colombia a vuelo de pájaro
El plumaje del chamicero ( Asthenes perijana ) abarca varios tonos de café, del castaño al canela, vive en zonas de pasto abierto, mide cerca de 21 centímetros y emite un canto que comienza bajo y corto, y se extiende emocionado en un final que suena muy alegre. Habita la misma zona que el colibrí Metallura iracunda , de plumaje negro, verde y rojo que a la luz del sol adquiere un brillo metalizado, y hace un canto corto, sencillo, como un breve timbre de finísima melodía. Ambas son especies que solo se encuentran en la Serranía del Perijá, el ramal más septentrional de la cordillera de los Andes, una zona colombiana compartida con Venezuela de una riqueza natural desbordante que comprende páramos y bosque tropical.De ambas especies prácticamente no se tiene información.Eso se debe a que, como muchas cosas en Colombia, la ornitología (la rama de la biología que estudia a las aves) no se ha desarrollado mayormente, en gran parte por los problemas que durante más de 50 años ha traído la guerra del país. En muchos países sin guerra ocurre lo mismo, y el tema no tendría relevancia de no ser por un dato paradójico: Colombia es el país con mayor diversidad de aves en el mundo. La cifra no es exacta, pero según cálculos oficiales, se estima que en el país se han registrado unas 1.930 especies, que equivaldría casi a un 18 por ciento de todas las especies de aves del planeta.En otras palabras, en el país más rico en aves se sabe poco de ellas.Eso lo supo Diego Calderón Franco mientras estudiaba Biología en la Universidad de Antioquia (Medellín) y llegó al mundo de las aves por primera vez. Quedó atrapado en el tema de inmediato cuando un grupo de estudiantes entusiasmados por la ornitología lo invitó a hacer una exploración a una zona cercana a Medellín y, entre otras cosas, veía cómo sus compañeros imitaban los cantos de las aves y estas respondían. Quería hacer lo mismo y se convirtió en uno de los alumnos más aplicados. Así fue como en 2004, siendo aún estudiante, se le encargó explorar la Serranía del Perijá para buscar al Asthenes perijana y al Metallura iracunda , porque no habían registros suyos en más de 50 años.Así lo hizo. Pero su misión tomó un rumbo muy diferente cuando, tras siete horas a caballo adentrándose en la serranía, Diego fue detenido frente a un campo de amapolas por hombres del Frente 41 de las FARC. Los guerrilleros huían constantemente del Ejército y los paramilitares, y se lo encontraron binóculos en mano y no dudaron en retenerlo. Por más que explicó las razones por las que estaba en la zona -meramente científicas-, no le creyeron. Así terminó secuestrado por las FARC. "Recorríamos la serranía de un lado a otro de la frontera esquivando ataques. Por momentos, veíamos paisajes increíbles. En las noches de luna llena, por ejemplo, podíamos ver los picos de la Sierra Nevada de Santa Marta brillando entre las estrellas. Era increíble, hermano, una cosa brutal", recuerda Diego ahora.Luego de tres meses secuestrado, Diego dice que no perdió el ánimo. Una vez liberado, tampoco dejó su interés en la exploración. En...
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