La cofradía de las viudas de mártires de Carabineros - 8 de Julio de 2023 - El Mercurio - Noticias - VLEX 937081597

La cofradía de las viudas de mártires de Carabineros

"Me daba susto que fuera carabinero. Todos los días le decía que prefería mil veces ser su exesposa que la viuda de un mártir".El 12 de marzo una llamada a su celular despertó a Marly Victoriano, que entonces dormía al igual que sus dos hijas, de 12 y 7 años, en su casa en Concepción. Miró la pantalla: número desconocido. Eran las 06:30 de la mañana. "¿Quién llama un domingo a esta hora?", pensó y tuvo el impulso de ignorar la llamada y seguir durmiendo. Pero el teléfono siguió sonando con insistencia. Se giró en la cama matrimonial y vio a su lado el espacio vacío. "Le pasó algo a Álex", pensó.Marly Victoriano llevaba siete años de matrimonio y catorce de convivencia con Álex Salazar Rodríguez, cabo primero de carabineros, de 37 años, quien era oriundo de Cañete, de una familia campesina y evangélica. Se habían conocido siendo escolares, porque él fue compañero de su hermana mayor, y cuando comenzaron a pololear él ya era carabinero, algo que siempre quiso hacer, dice Marly, porque le gustaba ayudar y le ofrecía un mejor futuro, puesto que tenía una historia de esfuerzo: ayudaba a sus padres en las cosechas de trigo y papa y trabajó en la panadería de un supermercado para aportar en su casa.En sus primeros años juntos, cuenta Marly, vivieron en la comuna de Lampa, porque Álex trabajaba en la tenencia de Batuco y viajaba a Santiago a la escuela de Adiestramiento Canino de Carabineros del cerro San Cristóbal, donde se formó como adiestrador de perros policiales. Luego lo trasladaron a la comuna de Pailahueque, y Marly se instaló con las dos hijas de ambos en Concepción, donde más tarde él también fue trasladado. Inicialmente vivieron de allegados en la casa de la mamá de Marly en Concepción, pero luego decidieron pedir un crédito y construir una casa propia en el terreno de la madre de ella. Para ayudar con los gastos, Marly comenzó a trabajar en un supermercado, en el área de ventas de e-commerce . Se turnaban para cuidar a las niñas, lo que ella asegura él hacía con mucha dedicación, a pesar de que sus turnos eran largos y estaba haciendo un curso de perfeccionamiento en la Escuela de Suboficiales de Concepción, algo en lo que estaba empeñado porque le permitía ascender: su meta, dice Marly, era contar con un mejor ingreso para educar a sus hijas y que en el futuro pudieran llegar a la universidad.En marzo, Álex Salazar comenzó a hacer su práctica de la Escuela de Suboficiales en la Primera Comisaría de Concepción. Los primeros quince días de su práctica, le había tocado hacer labores preventivas y recorrer a pie el casco histórico de la ciudad: llegaba muy cansado a la casa porque los zapatos no eran muy cómodos, dice Marly. Pero la noche de sábado que antecedió a ese llamado telefónico, estaba entusiasmado. Álex era conductor de vehículos policiales y esa noche en el turno nocturno le tocaría conducir el carro policial."Pasó a mi trabajo en el supermercado a despedirse. Le dije que se fuera a trabajar porque estaba...

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