Las cocineras del mar - 16 de Enero de 2018 - El Mercurio - Noticias - VLEX 701052409

Las cocineras del mar

Lo encontraron en la playa, cuando fueron a mariscar durante la mañana. Entonces se arremangaron los pantalones, se metieron con sus pies descalzos a la orilla del mar y dieron saltos por las rocas para buscar lapas, jaibas o caracoles. Esperaban tener suerte, pero al final solo hallaron lo mismo de siempre: cochayuyos y ulte, que ahora van a rellenar con la jaiba que tienen congelada.

Mientras lo cortan, Ernestina comenta que las marejadas les han hecho compleja esta tarea. Edith agrega que también hay escasez, pero que hay semanas en que el mar está bueno y pueden cocinar chupes de locos, picantes de lapa y empanadas de mariscos.

Los buzos de la caleta les llevan productos para vender. Edith dice que es una ayuda y que reciben sus productos, pero ellas prefieren buscar por su cuenta otras opciones. No quieren dejar su oficio. Una de estas es preparar la actinia, un marisco que tiene largos tentáculos y que ellas llaman "poto de mar". En los restaurantes suele rellenarse con jaiba, pero ellas le han hecho variaciones y lo preparan con crema, espinaca, verduras, pollo o carne. A veces lo acompañan con lechuga y lo sirven como una entrada.

-Nosotras hemos hecho que la actinia sea el plato más típico de Las Cruces -dice Edith.

Érika y Nury Carvajal:

Las hermanas de

la caleta Quintay

Son las diez de la mañana en la caleta Quintay, V Región. En una casa de madera, con diversos tejidos en el balcón, Érika Carvajal pica unos ingredientes para agregarlos a un ceviche de corvina. Nury, su hermana, busca unos platos de greda para poner los chupes de locos en el horno. -Teníamos 5 años cuando cocinamos por primera vez -dice Érika y corta un pimentón verde.Las dos hermanas no tienen local propio, pero participan en ferias costumbristas. Ahí ofrecen menús para eventos.

Durante su infancia, Érika y Nury salían con su padre a buscar los productos al mar. Iban en una embarcación que él mismo construyó y bautizó como "El Pulgarcito". Traían piure, erizos, locos, albacora, atún, jaibas y congrios. Ahora no, porque por la escasez que hay, se los tienen que pedir al "Carmelito", un amigo pescador que vive en Caleta Portales y que les avisa cuando llegan los botes cargados.

Después que llevaban los productos a casa, su madre les explicaba cómo prepararlos. Así aprendieron a hacer las empanadas de arroz -con leche y clavos de olor- y sus especialidades: el caldillo de congrio, el chupe de locos, el pastel de jaiba y las machas a la florentina. También...

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