Cinco historias de condenados que obtuvieron el beneficio
Titiritero condenado por violacionesLa Estrella de Valparaíso
Viernes 14 de noviembre de 2008
Wladimir Orlando Cortés Godoy aprovechaba su trabajo como titiritero en distintas plazas de Valparaíso y Viña del Mar para acceder a menores y engañar a sus familias, que incluso lo acogían en sus casas.
En noviembre de 2008 fue condenado a presidio mayor en su grado medio por los delitos de abuso y violación reiteradas de dos niños de 8 y 9 años. Los hechos, según estableció el Tribunal Oral en lo Penal de Viña del Mar, ocurrieron entre noviembre de 2004 y octubre de 2006.
El fiscal a cargo de la acusación, Cristián Paredes, sostuvo entonces que su modus operandi era establecer lazos de confianza con madres que estuvieran pasando por un mal momento anímico para vivir con ellas y así acceder a los menores.
Pese a que estaba imputado por una violación anterior a un menor, pero que al momento del fallo no había sido condenado, el tribunal consideró como atenuantes su irreprochable conducta anterior y depósitos en dinero que efectuó para mitigar el daño causado. De todas formas, según consigna la prensa de la época, la pena alcanzó a los 12 años de presidio efectivo.
Abuso sexual contra niño de 8 años"El Mercurio" de Valparaíso
Lunes 12 de mayo de 2008
Diez años de prisión debía cumplir el profesor Agustín Eduardo Bruna Meneses luego de ser condenado por el Tribunal Oral en lo Penal de Valparaíso como autor de violaciones reiteradas contra un alumno de tercer año básico del mismo colegio donde trabajaba.
Ingresó a la prisión en octubre de 2008, luego que la PDI lo detuviera en el Hospital Alemán del puerto, donde se había internado, aduciendo problemas de salud derivados de una hernia en la espalda.
Durante el juicio, la defensa de Bruna intentó desacreditar las pruebas aportadas por el Ministerio Público, pero los jueces determinaron su responsabilidad en los ultrajes cometidos entre junio y septiembre de 2006.
La sentencia estableció también que Bruna debía pagar las costas y la inhabilidad perpetua para ejercer el cargo de profesor o algún trabajo que involucre una relación directa con menores de edad.
Tras la lectura de la sentencia, la madre del menor abusado dijo que su hijo (que tenía 8 años) debió permanecer con asistencia psicológica, porque no podía dormir en las noches. Narró que Bruna, entonces de 64 años, obligaba a su víctima a ir a su oficina, donde le pegaba y lo amenazaba, poniéndole un rifle en la cabeza.
Crimen de pascuense...
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