Cierre de investigaciones por lucro - 12 de Abril de 2017 - El Mercurio - Noticias - VLEX 677059137

Cierre de investigaciones por lucro

Es improbable que el mero cierre de las investigaciones de la fiscalía, sin acusaciones, pueda reparar el daño sufrido por algunas de las universidades que se han visto expuestas al juicio público y que han sido vilipendiadas en las redes sociales, acusadas de lucrar -lo que no está permitido en nuestra legislación universitaria-, en especial aquellas que han hecho grandes esfuerzos académicos y económicos para posicionarse como proyectos de calidad.

La desazón que ha producido esa resolución en diversos sectores obliga a reflexionar sobre lo que se pretende penalizar. La idea de que las universidades no pueden tener fines de lucro es atractiva y responde a una tradición secular que está presente en países con universidades antiguas y prestigiosas. Cualquier proyecto universitario de calidad es extremadamente costoso y, en este sentido, podría resultar hasta motivo de sospecha que una universidad presente "excedentes". Sin embargo, si el problema es la calidad y sustentabilidad del proyecto, los mecanismos para asegurarla no están precisamente en la prohibición de obtener excedentes, sino en el control de los indicadores de calidad y sustentabilidad, en especial a través de los mecanismos de acreditación. La prohibición de obtener y extraer excedentes es un camino oblicuo para garantizar calidad. Una universidad puede perfectamente carecer de excedentes y, al mismo tiempo -o incluso por eso mismo-, conducir a sus estudiantes al fracaso profesional.

Más nociva todavía es la imagen que esta discusión proyecta respecto del afán de lucro como móvil de la conducta humana. Quienes anatematizan la obtención de ganancias legítimas como retribución del trabajo y del riesgo que corren al desarrollar una actividad de emprendimiento promueven una imagen del hombre que es contraria a lo que enseña la experiencia sobre su naturaleza. La gran mayoría de las actividades humanas, incluidas las más nobles y necesarias para la persona y la sociedad, se realizan en parte con la expectativa de obtener la correspondiente retribución: el médico que sana al enfermo, la educadora de párvulos que atiende al niño o la profesora básica que le enseña sus primeras letras, el carabinero que hace su ronda, y muchos otros, esperan una retribución justa por el trabajo que realizan y, en esta medida, lucran, es decir, ganan o sacan provecho de sus respectivos trabajos o encargos. Algo similar ocurre con quienes arriesgan el capital del que disponen para desarrollar un...

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