Los científicos superventas
Desde su lanzamiento en junio pasado, Hijos de las estrellas, de Ruiz, editado por Penguin Random House, lleva dos ediciones y la tercera ya está en camino, mientras que el libro de Maza Somos polvo de estrellas, de editorial Debate, va por su quinta edición en menos de cinco meses. Los dos textos abordan los orígenes del universo y del ser humano, pero, cada uno a su manera, explica por qué todo lo que somos se formó a partir de generaciones tras generaciones de estrellas.
Ganadores del Premio Nacional de Ciencias Exactas -Ruiz en 1997 y Maza en 1999-, ambos investigadores aseguran que les sorprende el éxito que gozan sus libros, que los paren en la calle para comentarles un capítulo o las decenas de invitaciones para participar en ferias internacionales. De hecho, el día anterior a esta entrevista, cuenta María Teresa Ruiz, regresó de México, donde fue a promocionar Hijos de las estrellas a la ciudad de Querétaro.
-Firmé como 50 libros, lo que considero que es mucho. A veces uno escribe sobre estos temas y piensa "¿a quién le puede importar esto", pero resulta que sí hay gente a quien le interesa. Allá, en el mundo editorial, todos hablan de lo mismo, de lo bien que les está yendo a los libros de ciencia.
No es la primera vez que los astrónomos publican un libro. Hijos de las estrellas es una edición nueva del libro original, publicado en 2007. Para la versión 2017, Ruiz incluyó información actualizada sobre técnicas e instrumentos con los que se han llevado a cabo las últimas investigaciones y teorías astronómicas. También sobre telescopios, especialmente sobre el ALMA (Atacama Large Millimeter), que en 2007 era solo un proyecto y ahora es uno de los observatorios más importantes del planeta. Hace 30 años, en tanto, José Maza también publicó un libro, titulado Astronomía contemporánea, del cual se vendieron, con suerte, según cuenta el astrónomo, unas dos mil copias. Ambos concuerdan en que esta es la primera vez que experimentan el éxito editorial.
José Maza comenta que ha pensado al respecto, y que cree que parte de la explicación para el interés por la divulgación científica se encuentra en el mundo de las editoriales:
-El primer libro lo hizo la Editorial Universitaria, de la Universidad de Chile, e imprimieron unas mil copias. Cuando les sugerí imprimir dos mil copias más, me dijeron que no, que era una cifra inmensa. Vendieron las mil copias, y el libro murió. Antes, las editoriales en Chile tenían un plan poco ambicioso. Yo atribuyo en un porcentaje bastante grande el éxito de este nuevo libro al hecho de que lo tomó una editorial grande y con ambición.
Desde la primera edición de Somos polvo de estrellas, cuenta Maza, la empresa le ha estado pidiendo que...
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