Ciencia y tecnología en Chile: El otro mundo de Felipe Larraín
"Por décadas nos hemos concentrado en ser grandes productores de cobre y exportadores de frutas frescas, sin detenernos a examinar todo el potencial que ofrece nuestro singular territorio. Nos sorprende que países más pequeños que el nuestro, como Nueva Zelandia y Finlandia, obtengan logros impresionantes en el rugby y el automovilismo, respectivamente, y nos preguntamos cómo es posible. La razón es que han sabido identificar y explotar condiciones "naturales" particulares. ¿Hemos sabido explotar nuestras ventajas comparativas en ciencias?".
Es la pregunta que se hace el libro "Laboratorios Naturales para Chile. Ciencia e Innovación con ventaja", de José Miguel Aguilera, ongeniero de la UC y ex presidente de Conicyt, y del actual ministro de Hacienda, Felipe Larraín.
La publicación, de Ediciones UC, elabora una mirada de la ciencia y la tecnología chilena desde el punto de vista de las particularidades que la hacen distinta a lo que pueden ofrecer otros países de la región y del mundo. El ánimo, según explican, es "favorecer un conocimiento que explote nuestras ventajas comparativas y, a la vez, atienda a importantes desafíos-país con trascendencia a nivel nacional y mundial". Para los autores: "La mejor manera de acercar la ciencia a las personas es aplicando el conocimiento para mejorar su calidad de vida".
A esto lo llaman "laboratorios naturales de la ciencia", de los cuales identifican varios ejemplos presentes y únicos en el país, destacando el caso de la astronomía, área en que "los cielos del norte de Chile han hecho que los astrónomos nacionales estén prontos a compartir el podio mundial en esta disciplina científica".
En el libro, Aguilera y Larraín analizan a fondo este concepto.
"Los laboratorios naturales explotan las ventajas comparativas que tienen los países para realizar investigación y desarrollo científico, y suelen ser instancias abiertas de colaboración con centros mundiales de excelencia. Son 'atractores' e integradores de muchas áreas del conocimiento, en particular de las ciencias sociales y humanidades, se ubican normalmente en regiones y/o cubren territorios que pueden ser extensos y, en la mayoría de los casos, apartados de los centros académicos tradicionales. Contribuyen a dar una identidad local y a crear un relato que une ciencia, historia, cultura y tradición", dicen.
El texto afirma que el país no puede dejar pasar las oportunidades que tiene, pues los laboratorios naturales "en su definición más amplia...
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