Las cicatrices de Daniela Ramírez - 15 de Agosto de 2017 - El Mercurio - Noticias - VLEX 691321673

Las cicatrices de Daniela Ramírez

Desde un café en Providencia casi vacío a media mañana, la actriz Daniela Ramírez habla de la escena con la que arranca el último capítulo de "Amanda", la teleserie fenómeno que contó la estremecedora historia de Amanda, una mujer que decide vengarse de un grupo de hermanos que la abusó siendo niña. Amanda, la protagonista de la ficción, recibe una puñalada en el pecho y cae en cámara lenta al suelo.

El capítulo termina con un mensaje contra la violencia de las mujeres que ella deja grabado en un video antes de morir.

-Cuando lo leí lloré de la emoción -dice-. Sabía que (esa escena final) era un texto difícil, pero tenía que decirlo como un discurso esperanzador. Y lo leí con fuerza. Había una sensibilidad colectiva.

-No era algo que yo hubiera vivenciado -agrega-, pero sí me tuve que acercar a eso.

Ambas escenas las grabó hace tres meses, pero solo se emitieron hace dos semanas, consiguiendo varios récords. 31,6 puntos de rating, un peak de 33, 174 mil reproducciones en la página web de Mega, el nombre de Amanda convertido en trending topic mundial y el suyo como el de la actriz del momento.

Sobre todo cuando "Amanda" se acercaba al final, Daniela Ramírez recibió, por redes sociales, mensajes de mujeres víctimas de violencia.

-No eran de contarme hechos específicos, hablaban a grandes rasgos. Me decían que con "Amanda" les había abierto puertas, que se habían sentido identificadas con mi trabajo. Me agradecían por darle voz a eso que no saben qué es, algo que tienen adentro, una herida. Entiendo lo que puede significar una marca así, que te marquen de esa forma.

A pesar de sus célebres roles en la pantalla chica ("Los archivos del cardenal", "Esperanza"), en series, en teatro y en cine (recientemente en el thriller "Madre", de Nicolás López) fue con "Amanda", dice, que algo en ella cambió.

-Esta teleserie me dio como un cimiento para establecerme como actriz. Es difícil generarlo. Que sepan tu nombre. "Amanda" me abrió esa puerta. Me hizo reconocer mi trabajo a mí también. Intento practicar eso, como que ya estoy más segura de mí misma. Ahora bien, yo no me enrollo con la tele. Me encanta actuar en lo que sea, en teatro, en cine, y la televisión es parte de esto, pero no es mi vida. Este es un trabajo muy delicado. Hay que tener un castillo armado. O la gente te quiere o no te quiere. Hoy a mí me quiere y es fascinante. Lo estoy disfrutando. Me encanta ese espacio, pero yo tengo mi vida. Tengo mi hijo, tengo mi casa, mis amigos, mi ritmo.

Ha sido un año especial. Viene llegando de un viaje que hizo a España, Portugal y Francia -su primera vez en esos países- al que se embarcó apenas terminaron las grabaciones de "Amanda", junto a Martín, su hijo de 14 años. Además cumplió 30 años y se siente -dice- dueña de "un grado de madurez distinta".

Vestida en tonos monocromáticos, de pelo liso y corto, como si en ella la edad fuera algo atemporal, se ve distinta a la adolescente que fue a principios de 2000, cuando tenía la misma edad que hoy tiene Martín.

Daniela Ramírez apunta con un dedo las cicatrices de los piercing de esa época. Un orificio en la nariz, otro en la pera. Y cuenta que en su espalda lleva un tatuaje tribal...

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