Cholitas escaladoras llegan a la cumbre más alta de América vestidas con sus trajes típicos - 4 de Febrero de 2019 - El Mercurio - Noticias - VLEX 761877041

Cholitas escaladoras llegan a la cumbre más alta de América vestidas con sus trajes típicos

Muy temprano, antes de abandonar el campamento y continuar el ascenso, el ritual era siempre el mismo: dejar unas hojas de coca en la tierra y rociarle encima un poco de alcohol.La ch'alla , una ofrenda al cerro y a la Pachamama para pedir permiso por la escalada, rogar por buen tiempo y que no haya accidentes en la ruta, era la única forma que tenían cinco mujeres bolivianas de sentir que estarían protegidas en su ascenso a la cumbre más alta de América: el Aconcagua."Cuando llegamos al Aconcagua había muy mal tiempo, el pronóstico de vientos era de hasta 120 km por hora. Pero hemos ido con mucha fe avanzando de campamento en campamento. Hemos ido challando todos los campamentos y de a poco ha ido mejorando el tiempo. Y el día de la cumbre tuvimos un excelente tiempo. Hacer que otra gente crea en eso era difícil. Nuestros guías argentinos no creían, los españoles (que las iban grabando para hacer un documental), peor, no creían nada. Era difícil el encuentro de diferentes culturas", dice por teléfono desde La Paz Ana Lía Gonzales (30), una de las mujeres que hace dos semanas llegaron a la cumbre del Aconcagua y que hace cuatro años fundó el grupo de las "cholitas escaladoras".El nombre se lo ganaron en 2015, cuando decidieron hacer un primer ascenso con faldas típicas y con una manta en la espalda, en vez de mochila. Todas se habían conocido en los cerros de Bolivia: algunas cocinaban en los campamentos de escaladores, otras trabajaban de porteadoras cargando hasta 30 kilos, y también había esposas e hijas de guías de montaña."Sabíamos de la historia de una señora, que ahora tiene 75 años, que había subido a la cumbre del Illimani en 1976, ella solita. Y decidimos ir al Huayna Potosí (tiene 6.088 msnm) con los esposos de algunas y mi papá como guías. Fuimos sin pensarlo mucho".Y agrega: "Hemos ido con nuestro traje tradicional de cholitas, pollera y abajo como podíamos, porque no teníamos equipo. A mí me ha prestado botas mi papá, que eran grandes y viejas. Mi mamá se ha ido con unas botitas de cuero como de trekking y con cuatro o cinco medias para que no le pase el frío. Y mi papá tenía arneses viejitos, nos hemos puesto eso y unos cascos bien pesados. Hemos ido como hemos podido y hemos llegado a la cumbre del Huayna".La decisión de subir con sus polleras de cholitas -la ropa tradicional...

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