China toma el liderazgo en la nueva campaña de privatizaciones en Brasil
El grupo chino State Power Investment Corporation (SPIC, una de las cinco principales generadoras de energía de China, con negocios en 35 naciones) operará por 30 años la hidroeléctrica São Simão, la mayor de la subasta de ayer. Por ese negocio ofertó US$ 2.267 millones, un 6,51% superior al precio inicial. La potencia de São Simão es de 1.710 MW.
En una nota divulgada en su página web, SPIC aseguró que su victoria en la subasta reitera su "compromiso con Brasil y con el plan de expansión de las economías de ambas naciones".
Otras tres hidroeléctricas de menor tamaño (Miranda, Jaguará y Volta Grande) fueron subastadas a empresas italianas y francesas. En total, el gobierno brasileño obtuvo 12.130 millones de reales (unos US$ 3.900 millones) con esas concesiones.
"Nosotros rescatamos definitivamente la confianza del mundo en Brasil", celebró Temer en las redes sociales, luego que se diera a conocer el resultado de las subastas hidroeléctricas. Pero no todos estuvieron de acuerdo: las licitaciones estuvieron marcadas por manifestaciones de organizaciones no gubernamentales y grupos indígenas que protestaron contra la explotación de gas no convencional. Otros, reclamaron contra la "entrega" de patrimonio nacional a extranjeros, lo que -argumentaron- podría implicar un aumento en las cuentas de luz.
La Agencia Nacional de Petróleo, Gas y Biocombustibles de Brasil (ANP) otorgó, por otra parte, concesiones a 17 empresas, siete de ellas extranjeras, para la exploración petrolera, en lo que calificó como "la mayor recaudación de la historia" de la entidad.
"El éxito de la subasta refleja los cambios regulatorios realizados por el gobierno brasileño, que hicieron el ambiente de negocios en el país más atractivo para empresas de diferentes tamaños", expresó la ANP en un comunicado. El plan del Ejecutivo, anunciado en agosto, contempla privatizar decenas de plantas de energía (entre hidroeléctricas, termoeléctricas, eólicas y solar), las distribuidoras de seis estados, aeropuertos y carreteras.
En 2015, la última subasta petrolera de este tipo había sido un fracaso para el gobierno de la ex Presidenta izquierdista Dilma Rousseff, síntoma de un mercado deprimido por la caída de los precios del crudo y las dificultades de Petrobras, en el centro de un enorme escándalo de corrupción que golpeó a la clase política y empresarial, consignó France Presse.
Las recaudaciones petroleras llegaron ayer a los 3.800...
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