Con China en el objetivo - 12 de Diciembre de 2016 - El Mercurio - Noticias - VLEX 655146101

Con China en el objetivo

Una eventual guerra comercial (con aranceles que trepen hasta el 45% para las importaciones chinas) y un enfrentamiento por Taiwán podrían ser los temas que agiten las aguas de las relaciones sino-norteamericanas los próximos meses.

Durante toda la campaña, Trump se empeñó en mostrar a China como el gran enemigo de los empleos de los norteamericanos, responsable de "manipulación de las divisas" y culpable de una suerte de "robo" en el comercio exterior. Al recibir esa llamada de Tsai Ing-wen, la líder independentista de la isla que Beijing considera una "provincia rebelde", Trump pasó por alto una regla no escrita de que los presidentes norteamericanos no conversan con los dirigentes taiwaneses. No fue un acto de ingenuidad o inexperiencia, sino una provocación al liderazgo comunista.

Las primeras reacciones chinas fueron cautelosas: "Cuando habla como Presidente electo, Trump puede esperar cierta indulgencia. Será diferente cuando sea Presidente", señaló el editorial de un diario chino que habitualmente actúa de vocero oficial. Más tarde, sin embargo, llovieron críticas de diversos analistas chinos en contra de Trump, e incluso hay quienes consideran que el veto de China a una resolución sobre Siria en el Consejo de Seguridad de la ONU habría sido una señal de molestia hacia el próximo Presidente de Estados Unidos, y de cómo podría actuar en el futuro.

Taiwán es un tema sensible para los chinos, y Estados Unidos lo sabe, por eso mantiene una política dual, de fuertes vínculos con Beijing, al mismo tiempo que garantiza la defensa de la isla ante una eventual amenaza o agresión china. Su objetivo es mantener la paz. Los pragmáticos líderes comunistas aceptan esa ambigüedad, y mientras los norteamericanos reconozcan que hay "una sola China" estarán tranquilos con una política clara y predecible. Los dichos de Trump, su actitud hacia la líder taiwanesa y sus peligrosas interpretaciones crean incertidumbre en momentos en que China aspira a ejercer su influencia (e imponer su sello) de gran potencia en la región asiática, y le gustaría ver a Estados Unidos retirarse de esa zona.

Designar como embajador a alguien que puede entenderse con los chinos, al gobernador de uno de los estados que más comercio agrícola tienen con China, alguien que conoce al Presidente Xi Jinping y ha viajado siete veces a ese país, es el primer gesto de deferencia de Trump hacia Beijing. Pero ese nombramiento solo será un acierto si logra ponerlo en contexto con la...

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