Chilenos alistan megaproyecto inmobiliario en Brasil
El 18 de diciembre pasado un grupo de socios chilenos recibieron una buena noticia desde Brasil. El terreno del que son dueños, en Sao Paulo, fue objeto de un cambio de uso de suelos. Esta transformación les permitirá dar el vamos y comenzar a construir un megaproyecto inmobiliario, tras doce años de esperar dicho cambio.
El proyecto se denomina Fazenda Paiva Ramos y se ubica en el municipio de Osasco, en Sao Paulo, en 180 hectáreas que correspondieron antiguamente a una hacienda de gobernadores de Sao Paulo.
Los socios de la iniciativa son los chilenos Roberto Sívori -presidente de Colliers en Chile- y el abogado Gonzalo Eyzaguirre, quienes en conjunto tienen el 25% de la propiedad. Los acompañan el empresario Juan Rassmuss (el mismo socio de Roberto de Andraca en CAP) y Luis Eduardo Correa, ambos con otro 25%.
Junto a ellos, dos socios brasileños completan el restante accionariado: Walter Torre (WTorre) y Lirio Parisotto, con el 25% cada uno.
La primera es una de las mayores desarrolladoras inmobiliarias de Brasil -hizo la torre de Sao Paulo-, y hace unos días sumó en su propiedad a un conocido para los chilenos, el banco de inversión BTG Pactual, que se alió a la firma, dando lugar a una nueva compañía.
Parisotto, a su turno, es uno de los mayores inversores de la bolsa brasileña y es considerado uno de los más grandes empresarios de Brasil.
El cambio en uso de suelos otorgado por la Municipalidad de Osasco -que lo cambia de rural a urbano- considera que de las 180 hectáreas totales que tienen los socios, 130 hectáreas quedan como área verde, en las que los socios harán mitigaciones. Por ejemplo, construir un parque ecológico.
Las 50 restantes quedan habilitadas para construir en altura, lo que en la práctica les significa multiplicar por cuatro la capacidad de construcción y edificar el equivalente a unos dos millones de metros cuadrados en departamentos.
O sea, la iniciativa podría albergar entre 70 mil y 100 mil personas, en un proyecto que se orientará a la clase media "aspiracional" brasileña, dado su entorno con barrios pujantes como Alphaville y Tamboré.
Por ello -estima Roberto Sívori- es que el proyecto en su globalidad puede significar inversiones por unos US$ 5 mil millones, pensando en unos ocho años plazo de desarrollo en los que cree se terminará de construir la iniciativa, al ritmo de desarrollo que experimenta Sao Paulo y Brasil.
El modelo de desarrollo que los socios quieren impulsar es de permuta, es decir, no hacer...
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