Peso chileno, peso argentino o dólar: qué conviene más si viaja a Buenos Aires
"Vos viajaste como loca, a todos lados fuiste ¿Cómo hacés para viajar? Porque hoy no se puede llevar plata para viajar", le pregunta "La abuela" -el mítico personaje del humorista Antonio Gasalla- a Susana Giménez en el debut de la nueva temporada de su estelar. Susana hace una pequeña mueca, acomoda su platinada cabellera y lanza su respuesta con sarcasmo: "Ah bueno, yo tengo amigos, y bueno... también tengo mi plata... !qué raro es esto no¡".
Por estos días no se puede estar en Argentina sin hablar o escuchar del tipo de cambio. Pese a que el gobierno de Cristina Fernández instauró el cepo a la divisa estadounidense en 2011, está en todas partes, incluso donde dicen que no...
En el mercado negro
Mientras las casas de cambio y su dólar a 5,27 pesos argentinos están vacías, la divisa se transa en cualquier sitio. En una joyería ubicada en el exclusivo barrio de Recoleta, por ejemplo, se ve un cartel que dice "cambio". A su lado con letras mucho más grandes y llamativas se puede leer: "No se cambian dólares".
Pese a la advertencia, al interior del local el dólar se transa en 8,55 pesos argentinos y aunque el recinto es mucho más pequeño que una casa de cambio oficial, cuenta con bastante mayor clientela. "Cuidado que no te vean los billetes desde afuera, contálos por acá", se oye decir a la cajera para evitar que un turista imprudente deje en evidencia el negocio ilegal.
La escena se repite en una serie de lugares a lo largo de la ciudad y la tónica siempre es la misma: para llegar a una de estas casas de cambio "tenés que ser enviado por alguien".
Ahí los hoteles juegan un lugar fundamental. Algunos recomiendan lugares para realizar las transacciones, mientras que otros cuentan con vendedores que acuden al mismo recinto, previa negociación del precio.
En esta Argentina sin dólar, el dólar esta en todas partes y siempre es negociable. Los taxistas por ejemplo, lo reciben a veces al valor blue (que ha alcanzado hasta los 10 pesos), aunque los más astutos tratan de recibirlo al precio oficial. Lo mismo sucede en algunos boliches nocturnos, restaurantes y tiendas, donde si el cliente tiene suerte, también puede conseguir el valor paralelo. Es que con el peso argentino cada vez más devaluado, muchos comerciantes ven en el dólar un buen refugio.
"Yo prefiero aceptar al precio blue porque a veces es eso o no vender, porque la gente igual va a poder ir a cambiar los billetes al blue y no siempre van a volver a comprarte a vos", dice la dueña de una...
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