Chile inicia la década con uno de los terremotos más grandes de la historia: Costos superaron los US$ 30.000 millones y la industria aseguradora pagó US$ 6.800 millones
comienzos del año 2010, el Banco Central apostaba porque Chile iba a crecer 6%; sin embargo, la cifra final fue 5,8%. Ni el más aventurado de los economistas podía imaginar que la madrugada del 27 de febrero -a las 3:34 am- un terremoto de magnitud 8,8 Richter, y posterior maremoto, iba a azotar la zona centro y sur de Chile.El resultado del fatídico movimiento telúrico fue demoledor: ciudades y pueblos completos desde Coquimbo hasta la Región de Los Ríos -donde vive el 80% de la población- quedaron dañados severamente en su infraestructura; más de dos millones de compatriotas damnificados y medio millón de viviendas destrozadas. Pero lo más grave fue la pérdida de 525 vidas.Casi inmediatamente después del terremoto, réplicas de diversa intensidad se comenzaron a sentir en distintos puntos del territorio, al igual que los robos y saqueos a tiendas comerciales, edificios y viviendas, especialmente en las ciudades más afectadas. Michelle Bachelet era la Presidenta de Chile, y Sebastián Piñera estaba ad portas de asumir el 11 de marzo de 2010, y lo hizo coincidentemente en medio de un temblor 6,9 Richter mientras se efectuaba la ceremonia de cambio de mando.El gobierno entrante estimó las pérdidas económicas en US$ 30.000 millones y los sectores más dañados fueron la pesca, que según cifras del Banco Central cayó 13,7% durante 2010 y la industria, que registró -1% en igual período. De ese monto, US$ 20.900 millones corresponden a infraestructura dañada, con las pérdidas divididas de manera más o menos equitativa entre el sector público y el privado.La nueva administración y las autoridades económicas debieron replantearse el presupuesto y elaborar un plan de reconstrucción, con una duración hasta 2014, de US$ 8.400 millones.Para lograr un financiamiento con los mínimos efectos macroeconómicos colaterales, durante el transcurso del 2010 se aprobaron medidas como la Ley de Financiamiento de la Reconstrucción, la Ley de Impuesto Específico a la Minería, la Ley de Creación del Fondo Nacional de Reconstrucción, el aumento transitorio del impuesto de primera categoría y el aumento permanente del impuesto al tabaco, entre otros.Al mes siguiente al terremoto, esto es marzo, la actividad económica cayó 2,2% y la producción industrial se desplomó 18,8%. El 27% de toda la industria chilena se radica en las regiones VI, VII y VIII, justamente aquellas más golpeadas por los efectos de la naturaleza.En la Región de O'Higgins, el terremoto causó grave daño a...
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