Cómo Chile construyó su eficaz sistema de inmunología - 7 de Febrero de 2021 - El Mercurio - Noticias - VLEX 857244908

Cómo Chile construyó su eficaz sistema de inmunología

Las expectativas del Gobierno son que hacia julio de este año se haya vacunado a unos 15 millones de personas, cerca del 80% de la población. El proceso se inició esta semana y al cierre de esta edición unas 350 mil personas habían sido inoculadas. Vacunarse no es obligatorio, pero el plan elaborado por el Ministerio de Salud incluye una campaña para incentivar a que todos lo hagan. Es gratis y existe una amplia red de lugares donde acudir, según el municipio en el cual uno vive.Hace 137 años no había coronavirus, pero sí viruela, una enfermedad infecciosa que tenía una alta letalidad. Se reconocía por la fiebre y unas horribles pústulas que aparecían en el cuerpo. Chile había tenido periódicas epidemias desde 1554, que azotaban particularmente a los más pobres. Y desde 1808 también hubo un plan de vacunación, con la creación de una instancia conformada por vecinos honorables.La historiadora Paula Caffarena, autora de "Viruela y vacuna: Difusión y circulación de una práctica médica. Chile en el contexto hispanoamericano 1780-1830", anota en su libro registros de 1806 que hablan de 7.700 vacunados. Por su parte, las memorias de la Junta Central de Vacunas son un valioso documento. En la de 1884, por ejemplo, se señala que se inocularon 198.228 personas, un 9% de la población nacional, y que son 21.042 vacunados más que en 1883, debido a la reorganización del trabajo de la junta. Para dejar todo bien claro, en la memoria se agrega una tabla de los últimos 10 años de vacunación, en los que el promedio fue de 88 mil habitantes por año. Todo un éxito el trabajo de la junta de 1884. "Sin embargo de este resultado, no es satisfactorio el estado del servicio. Es preciso trabajar hasta conseguir que las inoculaciones excedan de 400,000 al año, a fin de prevenir contra la viruela a los recien nacidos, a los no vacunados i revacunar a los que hace más de 10 años lo fueron por primera vez", se lee en el documento, dando cuenta de la dificultad del trabajo y de la importancia de ampliar la inmunización a la mayor parte de la población."El servicio de vacuna es de los servicios públicos más interesantes. Combatir la viruela, endémica en el país, impone una necesidad que obliga á los encargados de la vacuna á calificar de necesaria la atención de este ramo del servicio público. No hay una sola voz en la República que manifieste lo contrario...", se afirma en la memoria de la Junta de Vacunas de 1888, año en que se inocularon más de 250 mil personas.Todo en aquel entonces es similar a lo de hoy: la importancia de vacunar a la mayor cantidad de personas, convencer a los que no creen en su conveniencia, crear una institucionalidad que sostenga el proceso a través del tiempo y, por cierto, que sea una obligación estatal proveer gratuitamente la vacuna.Bendita vacaLa viruela tan mortal, que atacaba en todo el planeta desde tiempos inmemoriales, fue la primera enfermedad que se combatió con una vacuna. Se llegó a ella a través de la observación y un simple método científico. En Inglaterra, hacia 1796, el investigador, médico rural y poeta Edward Jenner sabía que las lecheras no contraían la viruela humana ( Variola virus) , aunque sí sufrían de la viruela bovina -menos grave-, contagiadas de las vacas que ordeñaban.Decidió Jenner, entonces, aplicar la viruela bovina, que tenía Sarah Nelmes, al niño de 8 años James Phipps. Este enfermó suavemente y al cabo de 48 días, Jenner lo infectó con la viruela humana. Phipps no se enfermó. La estrategia fue demostrada una y otra vez hasta que ya no hubo dudas de su eficacia. Y nació la vacuna.A corto plazo llegó a tierras americanas. En 1803 partió desde España la Real Expedición Filantrópica de la Vacuna que traía a las colonias el descubrimiento de Jenner en un grupo de niños contagiados que conservaban el fluido. Pero la historiadora Paula Caffarena señala que la vacuna contra la viruela llegó a Chile antes de la expedición española, ya que el Virrey de la Plata envió una misión con la vacuna -por medio de vidrios y en polvo-, a fines de 1805 al gobernador Luis Muñoz de Guzmán.Acá, el sacerdote Pedro Manuel Chaparro, médico de reputación según los documentos conservados, fue a quien se le dio la autorización para vacunar; fue un pionero. Recién en 1808 llegó el enviado de la expedición monárquica, Manuel Julián Grajales, quien de inmediato fundó la Junta Central de la Vacuna en Valparaíso y luego en Santiago.Son estas entidades las que durante todo el siglo XIX, con más o menos éxito, tuvieron la misión de extender la vacunación a todo el territorio. Y con ello comienza a surgir la idea de que el Estado es quien debe hacerse cargo de la salud pública, enfocada en la población, y no los individuos, y con un esfuerzo organizado y focalizado en acciones de carácter colectivo."Esas obras pueden ser consideradas como los primeros cimientos institucionales de la salud pública moderna en Chile, los cuales fueron heredados por la joven República tras la independencia de España. Las juntas de vacunas funcionaron con altibajos en el siglo XIX, debido a una serie de obstáculos que debían enfrentar regularmente, como ha sostenido la historiadora Paula Caffarena: falta de...

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