Chiang, Mao y el procónsul - 24 de Septiembre de 2019 - El Mercurio - Noticias - VLEX 812875437

Chiang, Mao y el procónsul

En los próximos días se cumplen 70 años de la fundación de la República Popular de China. El triunfo del comunismo en el Estado más antiguo y de población más numerosa del mundo fue un hecho estremecedor; parecía presagiar el triunfo ineluctable del comunismo en el mundo. En los hechos, fue un capítulo más de cómo China asumió la modernidad. Sus rostros políticos más acusados fueron el nacionalismo y el comunismo, y la larga guerra civil entre ambos hasta el triunfo del segundo en 1949. Estuvo encarnado en las figuras de Chiang Kai-shek y Mao Zedong respectivamente; el último sería la mano ejecutora que configuró la primera parte del régimen hasta su muerte, en 1976. Salvo genocidios y amenazas de que no le importaban las guerras nucleares, poco sucedió en modernización o de asomo de justicia en el país. En las últimas décadas ha habido una ola de nostalgia por la República, la China entre la caída del último emperador (1912) y el fin del gobierno de Chiang, quien a la postre dejó encaminado un formidable proceso de modernización en Taiwán, que después de él condujo a una democratización, mostrando que la civilización confuciana no es antitética a valores liberales.Fue Deng, a su vez el encargado por Mao de acometer en El Gran Salto Adelante, en 1958, que costó decenas de millones de muertos (según cifras de la misma China de hoy), el que lideró la verdadera modernización y doctrina de la China post-Mao, de liberalización económica; liberalización política muy limitada aunque efectiva, todo ello en el horizonte de un nacionalismo que, como todos, insiste en un "camino chino" distinto al de los demás países. Pero todo aquel que sepa algo de regímenes políticos, reconocerá un autoritarismo nacionalista y conservador; sus rasgos dictatoriales se han acusado con Xi Jinping, pero no han cambiado en lo esencial el carácter fundamental del sistema.Y la paradoja es que la China actual representa más a Chiang que a Mao, salvo el que...

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