Chancho en gloria - 24 de Mayo de 2015 - El Mercurio - Noticias - VLEX 570853206

Chancho en gloria

Recordará su sabihonda Mercé la historia del chancho relleno del banquete de Trimalción, que aparece en el Satyricón, de Petronio: ofrece un banquete el nuevo rico, y ordena que le cocinen un chancho vivo que le han traído al comedor para su aprobación. En un dos por tres, vuelve la bestia ya asada, pero con la panza hinchada sospechosamente. Llama Trimalción al cocinero y le espeta: "!No lo destripaste, bellaco¡", o algo así; manda que desnuden al olvidadizo, y que entre dos lo maten. Claman horrorizados los comensales; se ríe Trimalción y le ordena al cocinero vestirse y destripar ahí mismo el chancho, de cuya barriga salen chorizos, prietas, tocinos y longanizas... Celebran la burla todos -con exceso, para hacerse notar e invitar nuevamente-, y comen con alharaca hasta perder el conocimiento, según usanza.

No quiera Su Mercé repetir la hazaña, por más plata que haya ganado en lo que yo me sé. Manténgase, sobre manteles, dentro de los límites de la discreción y mesura. Pero si tiene "nana" avispada, puede instruirla para preparar algunas extravagancias que lo son, aunque no lo parezcan -al revés de lo que decía Maquiavelo, más vale aquí ser que parecer-.

En materia de chanchos, la hispanidad -y, al cabo, la Cristiandad entera- ha sido tan pródiga en fantasías que ya casi no queda nada por inventar. Pero con buena voluntad todo se puede, y aparecen los refinamientos, como el que viene hoy. Anuncian cosechas de trufas en el sur. No son, ay, muchas. Por eso, si no alcanza Usía a poner mano en unas cuantas, recurra al aceite de trufa, que conserva todo el aroma del hongo.

Patas de...

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