Chañaral bajo el barro - 4 de Abril de 2015 - El Mercurio - Noticias - VLEX 563461710

Chañaral bajo el barro

Ahora, nada de eso queda en Chañaral.

Antes, la orilla del mar estaba a un kilómetro de la ciudad, ahora está apenas a 20 metros. Las calles del centro están totalmente inundadas. Hay hasta tres metros de agua y barro. Las calles del sector cercano al río ya no existen. Solo se mantienen en pie las poblaciones ubicadas en altura y, si el caudal sigue creciendo, mi casa será la siguiente.

Nací en Antofagasta hace 27 años. Allí me crié y estudié medicina. Muchas veces pasé por aquí, pero nunca había entrado más allá de los servicentros. Cuando conocí Chañaral no me pareció feo. Soy nortino y sé valorar la belleza del desierto.

Llevo varios días durmiendo en el hospital, donde trabajo como médico general de zona desde 2012. El hospital fue fundado hace 20 años, tiene servicio de urgencias y unidad de hospitalización. Es un hospital de baja complejidad, atendido solo por seis médicos en etapa de destinación y formación.

Nuestro centro de derivación es el hospital de Copiapó, ubicado a 167 kilómetros. Es difícil llegar hasta allá: desde que estoy aquí la carretera está en obras para pavimentar la doble vía. Antes del desastre, algunos traslados se demoraban hasta dos horas y media, y ahora una ambulancia se demora casi cinco horas en llegar a Copiapó.

Siempre escuché de los vecinos más antiguos de la comuna que si venía una lluvia grande, esto iba a pasar. Contaban que hace décadas, el mar llegaba hasta la calle Merino Jarpa, en el centro, y que algún día el agua iba a cobrar su terreno. Pero nadie estaba preparado para algo así.

La noche previa a que todo pasara, el lunes 23, hubo una tormenta eléctrica, algo inédito en Chañaral. No me asusté porque suelo bajarles el perfil a las cosas, pero desde 1991, en Antofagasta, que no sentía una. El día siguiente amaneció nublado y cayó una persistente llovizna durante el resto del día. Entonces nadie estaba asustado porque el río era solo un hilo de agua. Nadie pensaba en que se podía rebalsar.

La noche del martes empezó a llover más fuerte. Como muchos, no le di mayor importancia. Era una lluvia común y corriente. Pero el miércoles en la madrugada, en minutos el río se desbordó. Yo estaba en el hospital, a 10 cuadras de ahí.

Los bomberos nos iban contando qué pasaba por radio. Nos decían que el río se llevaba casas enteras, autos con personas, hasta camiones con ácido sulfúrico. No vi los cuerpos, pero bomberos y la gente nos contaba. Salimos con la ambulancia para ver si podíamos sacar a las personas...

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