Para celebrar las montañas - 10 de Diciembre de 2023 - El Mercurio - Noticias - VLEX 971646239

Para celebrar las montañas

Vivir la cultura arrieraPor Juan Luis Aravena, geólogo."Un espectáculo de colores asociados a las formaciones geológicas se puede conocer muy cerca de Santiago, en el Cajón del Maipo, por la zona que rodea al embalse El Yeso . Allí puedes ver la nieve, glaciares colgantes. Se puede apreciar la milenaria historia de la formación de la cordillera de los Andes y ver a lo lejos las aguas del río Maipo, que crean todo un ecosistema de aves, animales, vegetación y una zona de humedales asociados a El Yeso, tan desconocida y desprotegida."En diciembre de 2021, con mi pareja Gabi decidimos irnos a acampar al sector y nos quedamos junto a una pareja de arrieros de cabras, a muy pocos metros del embalse. La amabilidad de la gente, las temperaturas, la oscuridad total de la noche, las estrellas, el olor a naturaleza, el viento, la sensación de libertad y compartir unos huevos revueltos al desayuno con esta gente tan sacrificada fue increíble. En aquella oportunidad, además, conocimos a su perrita, la Tremenda, y aprendimos que los perros que pastorean cabras deben crecer y mamar de los caprinos para que se genere un vínculo entre ellos."Tenemos un tesoro a la vuelta de la esquina en Santiago, en toda la cordillera. Por eso, no me parece extraño que los antiguos hayan adorado estas cumbres como si fueran dioses".La magia de las alturasPor José Antonio Mena, directorejecutivo de Andeshandbook."En la montaña suelo atesorar momentos simples. Estar en el campamento cocinando o salir de la parte compleja de una ruta difícil. También, hacer un rapel o estar colgando de la cuerda en una sesión de escalada. Entre estas experiencias, viví una muy especial el pasado junio, en el volcán Puyehue , Región de Los Lagos. No lo olvido. Ese día, salí con la intención de subir la cima del volcán por el día. Así, hice el cerro rodeado por un paisaje precioso, invernal, todo nevado... Recuerdo que todo iba bien hasta que, durante la bajada, me empezó a doler una rodilla. Estaba muy desgastado y no lo estaba pasando bien. Entonces se me ocurrió parar y quedarme a alojar en el refugio El Caulle, que está en la base del cerro. Así, podía descansar, tomar un desinflamatorio y bajar al día siguiente con menos presión. El único problema era que había subido sin saco de dormir y hacía frío. Dicho esto, me animé a quedarme igual, porque había mucha gente en el refugio y me encanta la dinámica que se da en estos lugares, donde se rompe la manera en que nos relacionamos con desconocidos."Del refugio recuerdo que se podía ver la ruta completa para ascender al volcán, un camino que tiene muy poca vegetación y una cumbre no tan cónica...

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