La casa de la robótica en Chile - 24 de Septiembre de 2016 - El Mercurio - Noticias - VLEX 649573781

La casa de la robótica en Chile

-¿Y si tú haces un taller, papá?

Quevedo se puso a reír.

Minutos después, cuando su hijo seguía insistiéndole, la idea no le pareció tan descabellada. Tomó las llaves del auto y partió a una tienda de electrónica. Allí compró un robot Lego Mindstorms NTX para aprender a armarlo. Llegó a la casa y, con la ayuda de sus hijos, empezó a encajar las piezas. Después de seis horas y varios momentos de frustración, Rodrigo Quevedo había armado su primer robot.

Lo que siguió fue el procedimiento que este ingeniero comercial ha realizado durante ocho años: "programar", como él mismo dice, a niños, jóvenes y adultos para que se entusiasmen con la robótica.

A ocho años del hito que lo adentró para siempre al mundo de los robots, Quevedo se encuentra en el lugar que en julio pasado fue bautizado como el primer centro de robótica aplicada en Chile, Robotics Lab SCL. Un recinto de 200 metros cuadrados fundado en Recoleta donde los apasionados por el tema disponen de espacio, recursos y toda la maquinaria necesaria para desarrollar robots made in Chile. Todo lo que Quevedo no tenía hace ocho años, cuando la robótica se convirtió en su eje.

Aunque parezca película de ciencia ficción, en el mundo los robots ocupan un protagonismo cada vez mayor. Según el Bank of America Merrill Lynch, China es el mayor cliente de robots en el mundo, por encima de la Unión Europea y Estados Unidos, y ya tiene 200 mil. Una cifra menor si se compara con los 400 mil que se espera que tenga el país para 2017. El gasto mundial en estos aparatos también va en alza y llegará a los 135 mil millones de dólares en 2019, casi tres veces más de lo que se gasta hoy. Ahora, imaginar un futuro sin robots es imposible.

En Chile, la industria de la robótica recién comienza. Existen 30 organizaciones relacionadas de una u otra manera con la robótica, y el año pasado se fundó la Asociación Chilena de Robótica (Achiro) -también presidida por Quevedo-, que cuenta con 88 miembros, entre particulares, universidades, empresas y organismos. Robotics Lab es el espacio que espera aunar los proyectos que se generen entre todas estas organizaciones.

Felipe González tiene 25 años y hace un año llegó a hacer su práctica profesional. Desde entonces es miembro de Robotics Lab.

-El impacto del laboratorio es muy grande porque antes no existía nada. Antes todo era más de competencia, de hacer máquinas o autos más avanzados. Este laboratorio se enfoca en acercar la tecnología a las personas. Y, lo más importante, en demostrar que en Chile hay profesionales capaces de crear robots y que no tenemos que salir del país para lograrlo.

El pionero

Rodrigo Quevedo -40 años, casado, padre de tres hijos- es cualquier cosa menos ingeniero en robótica o diseñador. Vendió huevos en la calle, fue militar, tuvo un puesto de completos...

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