Carreras con currículum más flexible son el nuevo modelo de universidad en el siglo XXI
"Hay muchos niños que desde los 11 años tienen la idea de estudiar Medicina. Y aunque se trata de un bonito estímulo, en la práctica muchos lo dicen porque no conocen otras opciones o porque no han tenido la oportunidad de explorar áreas relacionadas. En el camino, muchos de mis alumnos descubren que lo que en realidad les apasiona es la mezcla de los números y la ciencia. Entonces optan por volverse Ingenieros en Biotecnología", ejemplifica la profesora.
Por razones como esta, hace seis años Elliott fue una fuerte impulsora de reducir los 96 cursos de pregrado con los que contaba la universidad, a solo cinco. En vez de estudiar una misma materia por cuatro o más años, los estudiantes hoy tienen la opción de obtener licenciaturas -se trabaja bajo un sistema de minors y majors - en donde pueden mezclar asignaturas y conocer sobre distintas áreas de interés.
Tras tres años, en los que se pueden haber escogido simultáneamente cursos de periodismo, sustentabilidad o macroeconomía, los alumnos pueden optar por continuar especializándose o comenzar a trabajar, camino que toman tres de cada 10 estudiantes.
"En un mundo cada vez más globalizado, para los empleadores se ha vuelto especialmente atractivo contar con trabajadores capaces de comprender no solo lo que sucede en su área de experticia, sino también los sucesos generales a su alrededor", comenta Steven Poskanzer, presidente del Carleton College de Northfield, en Estados Unidos, que funciona bajo este mismo modelo.
Ambos especialistas son parte del Consejo Asesor Internacional de College en la Universidad Católica, grupo al que se le pide analizar, evaluar y aconsejar en torno al desarrollo de la carrera, que entrega la posibilidad de seguir una estructura curricular flexible e interdisciplinaria.
Esta semana, los académicos visitaron el país para evaluar el funcionamiento del programa y su proyección.
Generar conexiones
Que existan este tipo de alternativas es algo muy positivo para cualquier nación, plantea Poskanzer. Y entrega dos argumentos que avalan su afirmación. "El primero es que es imposible saber cuáles van a ser los trabajos del futuro. Cada día se inventa algo nuevo y no hay cómo saber qué profesiones van a ser las que se necesiten en 20 o 30 años. Lo otro es que los jóvenes hoy se cambian mucho más de trabajo, lo que hace que sea muy importante contar con herramientas para desenvolverse y saber trabajar en distintos grupos".
Según el rector, se vuelve más fácil formar alumnos...
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