Carmen Gloria Valladares: 'Los mismos constituyentes me dijeron que parecía la profesora jefe del curso'
Es miércoles . Han pasado tres días desde que encabezó la ceremonia de instalación de la Convención Constituyente, jornada que la elevó al tapete de la opinión pública por primera vez en más de treinta años de carrera como funcionaria pública. Son las 11:40 am y ahí aparece Carmen Gloria Valladares, la mujer del momento, 67 años, soltera, sin hijos, abogada y secretaria relatora del Tribunal Calificador de Elecciones (TRICEL), al interior de su oficina, rodeada de ramos de flores con tarjetas anónimas. En una de ellas se lee: "gracias por ayudar a Chile". Todas, dice, llegaron al día siguiente de su participación del domingo, día en que recibió serena los gritos de una constituyente, día en que, con toda consideración, suspendió el proceso en dos oportunidades por el enfrentamiento entre carabineros y manifestantes; día en que ungió a los convencionales y se convirtió en trending topic en redes sociales, por alguna razón que no termina de comprender: mal que mal, dice, solo era una persona haciendo su trabajo.-Esas observaciones tan bondadosas que hizo la gente me llamaron mucho la atención, porque normalmente soy así -dice ahora Carmen Gloria, de lentes, traje negro y cartera cruzada-. Una mezcla entre el deber ser y al mismo tiempo de alguien que se da la posibilidad de escuchar al otro.-¿De dónde viene eso?-Yo creo que del colegio. Fui varias veces la presidenta de curso, pero al mismo tiempo era elegida la mejor compañera. ¿Te fijas esta dualidad? Ahí puede estar el origen de lo que la gente observa y le llama la atención.Carmen Gloria Valladares Moyano nació en Antofagasta cuando la ciudad apenas bordeaba los 200 mil habitantes y el agua que salía por los caños venía cargada de arsénico. Fue una crisis de salud pública, con intoxicados y muertos, y un escándalo a nivel nacional que recién se resolvió en 1970, a diez años de detectado el problema, tras la inauguración de una planta de filtros de abatimiento de arsénico. Antes de eso, Carmen Gloria recuerda cómo ella y su familia hacían largas filas para llenar bidones con agua potable que era trasladada en camiones aljibes para la comunidad. Luego, regresaban a su casa: una casa grande, describe la abogada, con tres patios en los que abundaban las plantas, las buganvilias y jazmines, e infinidad de pájaros que contrastaban con el paisaje áspero del desierto. Ahí creció junto a su madre, la profesora de música Lily Moyano, su abuela materna, y su padre, el profesor normalista nacido en Mejillones, Justo Valladares. De esa niñez tiene buenos recuerdos, como los paseos a la playa o...
Para continuar leyendo
Solicita tu prueba