Carlos Peña: 'No habrá hoja en blanco: ni catástrofe ni epifanía'
Carlos Peña ha sido prolífico en los últimos años.A libros como "El concepto de cohesión social" (2010), "Ideas de perfil" (2015), "Globalización y enseñanza del Derecho" (2017), "Lo que el dinero sí puede comprar" (2017), "Por qué importa la filosofía" (2018), "El tiempo de la memoria" (2019), "Pensar el malestar" (2020) y "La mentira noble" (2020), ahora suma una obra en la que aborda los principales nudos de cara a la discusión constitucional que enfrenta el país.A menos de un mes para el plebiscito del 25 de octubre, Peña -rector de la Universidad Diego Portales y columnista de "El Mercurio"- publica "El desafío constitucional" (Taurus).-¿Cómo abordar los temores y las esperanzas que genera, en unos y otros ciudadanos, la discusión constitucional a partir de una eventual "hoja en blanco"? ¿Tienen algún asidero ese temor y esa esperanza?-Hay dos versiones de la hoja en blanco. En una de ellas quiere decir que allí donde no exista acuerdo el asunto quede entregado a la ley; en la otra, quiere decir que no hay nada frente a lo cual el momento constitucional deba subordinarse. Mi opinión es que ambas versiones son erradas. Antes de redactar las reglas hay que ponerse de acuerdo en aquellas materias que, por escapar de la simple mayoría, deben estar en la Constitución y luego de eso discutir su contenido una por una. Cuando se decide tener una Constitución, se acepta que hay cosas que deben estar más allá de la mayoría. Hay, pues, que comenzar explicitando cuáles son esas. Así habrá obligación de alcanzar un acuerdo.-Entonces, ¿no habría hoja en blanco?-En el primer sentido, entonces, no hay hoja en blanco. En el segundo, menos. Una Constitución debe respetar la autonomía personal y los derechos que ella exige, sin eso pierde fundamento moral. Creer que la mayoría puede convenir cualquier cosa y que por el hecho de convenirla es correcta, es un obvio error. En suma, la hoja en blanco no existe. Quienes tienen temor deben espantarlo; y quienes tienen esperanzas deben moderarlas. No habrá hoja en blanco: ni catástrofe ni epifanía.-En el libro se señala que todo país tiene una Constitución sociológica y cuando esta cambia, entonces la Constitución jurídica debe cambiar también. ¿Cómo cambió la Constitución sociológica de los chilenos?-A mí me parece que la sociedad chilena ha experimentado una rápida modernización: se ha secularizado (es cosa de ver lo que ha ocurrido con la Iglesia); se ha individualizado (cada uno hoy quiere definirse a sí mismo, elegirse a sí mismo en todos los órdenes de la vida, desde el sexo al medio de transporte); se ha vuelto meritocrática (la gente aspira que las diferencias sean producto del esfuerzo y no de la cuna), y cada uno quiere que se le proteja frente a los riesgos inherentes a la vida que el mercado deja al margen (la enfermedad y la vejez).-Y esos cambios, ¿qué generan en la sociedad actual?-Esos cambios generan expectativas que hoy, particularmente en las nuevas generaciones, buscan satisfacerse. Esto ha producido una distancia entre las expectativas que la modernización desató y las experiencias...
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