Carlos Acosta Un bailarín a la fuerza - 11 de Enero de 2020 - El Mercurio - Noticias - VLEX 835111017

Carlos Acosta Un bailarín a la fuerza

Carlos Acosta, cubano, 46 años, integrante del Royal Ballet de Londres por más de 15 años y donde llegó a ser el primer bailarín, ganador del Premio Benois, considerado el "Oscar" de la danza, entre una decena de premios internacionales, y recientemente nombrado director del Royal Ballet de Birmingham en Inglaterra, dice que si no hubiera sido por su padre, no habría llegado al mundo del ballet ni por casualidad.Siendo un niño, a mediados de los 80, cuenta que lo que más le gustaba era el fútbol. Su aproximación más cercana al baile eran las batallas de break dance en las que participaba con las pandillas callejeras en Los Pinos, uno de los barrios más vulnerables de La Habana. Como todos sus amigos, su sueño era ser como Michael Jackson, y solían imitar sus pasos.En una de esas batallas en la calle su padre lo vio bailar. En ese momento, cuenta Acosta, su papá vio en él un talento del que no se había percatado y decidió inscribirlo en la Escuela Nacional de Ballet de Cuba.-A mí no me gustaba nada el ballet, ni conocía lo que era -cuenta Acosta.En un comienzo él asistía a las clases, pero luego de unos meses empezó a escaparse y faltar. En su barrio los niños lo molestaban por practicar ballet. Hasta que un día la profesora le informó a su papá de sus inasistencias.En la película Yuli (2018), una autobiografía de la historia de Carlos Acosta personificada por él mismo, se muestra lo que ocurrió luego de que su padre se entera de que estaba a punto de ser expulsado de la Escuela Nacional de Ballet. En las imágenes se ve al padre con un cinturón en la mano luego de darle una golpiza y él, personificado por un niño, llora en un rincón de su casa de muros desgastados.-Los hechos que suceden en la película son reales -explica Acosta.Su padre volvió con él a la escuela de ballet, buscando una última oportunidad. Entonces le ofrecieron que entrara a un internado de ballet en Pinar del Río, en una zona rural y alejada. En la película, Acosta, aún como niño, aparece rogándole con lágrimas a su papá que no lo mande a esa escuela y que no lo aleje de su casa. Tenía 13 años.-Mi papá fue el que me impuso el ballet a la fuerza. Y qué cosa el haber tenido un talento innato y al final la convicción para tener una carrera relevante. Es uno de esos casos que le pasa a alguien una vez en un millón -reflexiona el bailarín.Y más tarde aclara:-Ahora la danza es mi pasión.Son las 10 de la mañana de un viernes de enero. Carlos Acosta está en el lobby de un hotel...

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