De la cárcel al mundo - 2 de Mayo de 2018 - El Mercurio - Noticias - VLEX 715539841

De la cárcel al mundo

Thomas Jacob, francés, con formación universitaria en márketing, estaba realizando una pasantía en Perú cuando acompañó a una amiga que daba clases del idioma a un grupo de presos del hacinado penal San Jorge, de Lima. En ese lugar, le llamó la atención las condiciones de las cárceles latinoamericanas, pero también vio algo más: una decena de máquinas de coser y de tejer que se apilaban, sin uso, en un rincón del lugar.

Jacob, que cuenta que había tenido una práctica profesional dentro de la casa Chanel y que en Perú realizaba su pasantía al alero de Misericordia, una etiqueta relacionada con la beneficencia, tuvo entonces una visión: realizar la síntesis de los dos mundos.

-Vi estas máquinas y a estas personas que no tenían trabajo, pero que sabían el oficio. Y, bueno, como yo tenía un poquito de experiencia en la moda, pensé que podía ayudarlos dándoles una salida al mundo con lo que ellos sabían hacer -cuenta el francés-. Además, sentía que realmente podía hacer algo auténtico, algo único del punto de vista del márketing. Sentía que había bastante potencial.

A favor de su idea, Jacob descubrió que en Perú las fibras naturales como el algodón Pyma y la lana de oveja o alpaca eran una posibilidad muy alcance de la mano. Y, lo más llamativo para él fue que buena parte de los internos sabía cómo trabajar con ese material.

-En Perú, mayoritariamente los costureros son hombres. No hay diferencia de género como uno ve en Europa u otras partes del mundo, donde se ve más a la mujer. Creo que tiene que ver con que la población es tan grande y la demanda de vestuario lo hace necesario, y también con antecedentes de su cultura, porque entiendo que desde la antigüedad, desde los incas, ellos tejían en telar. Entonces la mano de obra estaba disponible, y luego solo fuimos entregándoles capacitación para que fueran mejorando y adquiriendo roles de mayor complejidad.

Jacob diseña las poleras, casacas, billeteras y bolsos que se fabrican bajo la etiqueta con imágenes y leyendas que se relacionan con lo que se vive cuando se está privado de libertad. Que la cultura carcelaria quede impregnada en su marca es un atributo que se busca explotar incluso desde la idea de bautizarla como la escultura de Miguel Ángel, que representa a un Jesús agónico en la falda de su madre; una presencia femenina que dentro de los penales es venerada con devoción.

-Es claro que los internos se allegan a la fe para no perder la esperanza, y eso es lo que queremos representar...

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