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Capítulo VII: El gobierno y los trabajadores

Páginas79-94
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EL GREMIALISMO EN LOS ESTADOS UNIDOS
CAPÍTULO VII
EL GOBIERNO Y LOS TRABAJADORES
LAS INFLUENCIAS HISTÓRICAS
Las relaciones del gobierno con los trabajadores en los Estados Unidos
son ahora mucho más destacadas y complejas que en las generaciones ante-
riores. La naturaleza de las responsabilidades y funciones gubernamentales
con relación a l trabajo han sido determinada s significativamente por tres in-
fluencias históricas.
En primer lugar, el trabajo en el sentido actual de los grupos obreros, era
un elemento relativamente pequeño en la sociedad compuesta de granjeros
independientes, artesanos y pequeños negociantes. El individu alismo que
movía a estos grupos y limitaba rigurosamente el papel del gobierno, encuen-
tra aún reflejo, por ejemplo, en la preferencia, tanto de los sindicatos como de
las empresas, por la propia ayuda y los convenios voluntariamente negocia-
dos. Segundo, el advenimiento de las empresas industriales en gran escala y
el aumento relativo de los jornaleros fue templando gradualmente el indivi-
dualismo y creó condiciones que exigía n una extensión de las actividades
gubernamentales. Estas actividades, con relación al trabajo, comprenden va-
rios tipos de medidas para proteger la salud, las condiciones de traba jo y la
seguridad económica de los tra bajadores, y también muchos modos de inter-
vención pública con respecto a las rela ciones entre el capital y el trabajo. Una
tercera influencia, también importante (porque explica la diversidad y la apa-
rente inconsecuencia de la política en cuestiones de trabajo) es el sistema
binario del Gobierno en los Estados Unidos, juntamente con las indefinidas
fronteras entre la autoridad federal y las jurisdicciones de los estados que
componen la unión federal.
Las dos primeras de estas tres influencias históricas —la primitiva iden-
tidad sustancial del capital y el trabajo en una sociedad capitalista que se
desarrollaba rápidamente, y la transformación de ideas y actitudes que acom-
pañan el moderno proceso industrializador— fueron descritas en los capítu-
los a nteriores. Además, estas influencias son relativamente familiares y co-
nocidas tanto en el extranjero como en los Estados Unidos. La tercera in-
fluencia —el sistema de gobierno federal— exige una breve explicación. Se-
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WITT BOWDEN
guramente, el federalismo no es peculiar de los Estados Unidos, pero su for-
ma de desarrollo norteamericana y sus implicaciones son características en
muchos aspectos.
LA DIVISIÓN DE FUNCIONES DEL ESTADO FEDERAL
Cualquiera que no esté familiarizado con la división de la autoridad
gubernamental en los Estados Unidos, puede tener dif icultad en comprender
la diversidad de planes públicos. El entendimiento es menos difícil si se miran
los orígenes de los Estados Unidos a la luz de los esfuerzos actuales realiza-
dos por los europeos para lograr cierta medida de integración política. Los
trece estados originales de los Estados Unidos eran unidades políticas que se
consideraban estados, en el sentido de entidades políticas soberanas. Después
de años de discordia acompañados de peligrosa debilidad interna y de la
amenaza de agresión exterior, estos estados formaron una unión, pero conti-
nuaron defendiendo muchas de sus prerrogativas de soberanía.
El Gobierno Federal está aún limitado a los poderes que le concede, ex-
plícita o implícitamente, la Constitución; y la Ley Fundamental, que enmendó
la Constitución, afirmaba que «los poderes no delegados a los Estados Unidos
por la Constitución, ni prohibidos por ella a los estados están reservados a los
estados respectivamente, o al pueblo». Dentro de cada estado hay unidades
políticas locales: los municipios y distritos electorales; los conda dos o unida-
des territoriales inmediatas, por su tamaño, a los estados; y las municipalida-
des que van desde un pueblo a una metrópolis gigante como el Gran Nueva
York, con un presupuesto mayor que cualquiera de los gobiernos estatales
norteamericanos y muchos gobiernos nacionales. Los gobiernos estatales tie-
nen que se r republicanos en su forma y no contradecir ni violar la Constitu-
ción, las leyes o los tratados de los Estados Unidos.
Las funciones de un estado, dentro de los Estados U nidos, comprenden,
teóricamente, el control de todos los asuntos puramente dentro de sus límites.
Tal concepto, aunque se aproxima más a la realidad en el sencillo medio del
siglo XVIII, evidentemente no fue aplicable jamás. La experiencia ha traído
consigo una intrincada y flexible división de funciones en una base pragmáti-
ca, no en una base estrictamente legalista o formal. En algunos campos, las
funciones de los gobier nos estatal y f ederal se hallan muy diferenciadas. Los
gobiernos estatales y locales no tienen nada que ver, por ejemplo, con la con-
fección de los tratados o la política militar; y el Gobierno Federal no da licen-
cias a los médicos y conductores de automóviles, ni nombra a los maestros de
las escuelas públicas, o prescribe los reglamentos de policía, ni administra las
leyes de compensación para los obreros. Hay colaboración en una gran escala
de actividades, no sin algún conflicto por usurpación jurisdiccional. El servi-
cio nacional del empleo, por ejemplo, y el sistema filial del seguro de paro
están organizados de acuerd o a las leyes federales, y de acuer do con las nor-
mas nacionales, pero están administrados localmente por organismos estata-
les, de acuerdo a las leyes del estado, con variaciones y adaptaciones locales.

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