Capítulo primero: La cuestión social - Introducción. Las leyes o condiciones de una transformación social - La república cooperativa - Libros y Revistas - VLEX 1023418322
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Capítulo primero: La cuestión social

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Vincent
Páginas15-16
15
LA REPÚBLICA COOPERATIVA
CAPÍTULO PRIMERO
LA CUESTIÓN SOCIAL
A) La Sociedad está sometida a determinadas leyes
¿Exist e una cuestión s ocial? Econo mistas profe sionales y polí ticos
polemistas, han pretendid o siempre que existían varias cuestiones sociales y
no tan solo una cuestión socia l, intentando demostrar con ello que las bases
mismas de la Sociedad no pueden o no deben ser modificadas, y que solamen-
te algunos problemas, en relación con algún engranaje de la organización
económica, pueden ser abordados, pero conservando y respetando las institu-
ciones fundamentales del organismo social. En general, para apoyar su tesis
(al menos los que pretenden no defender solamente intereses creados) entien-
den que sus bases descansan sobre la existencia de leyes científicas reguladoras
de las relaciones sociales.
Económicamente, la Sociedad está basada sobre leyes naturales, universa-
les yeternas, que no pueden ser modificadas por la voluntad de los hombres,
los cuales, para conseguir un mayor bienestar, habrán de adapta rse a las
mismas, una vez les sean conocidas.
Una escuela económica, la escuela fisiócrata, ha llegado a afirmar el ca-
rácter providencial de esas leyes y hasta ha expre sado su gozo por la revela-
ción. Además, ¿con qué menosprecio y vanidad científica, todos los turiferarios
de la actual Sociedad han tratado y tratan todavía a los hombres, que denomi-
nan constructores de sistemas, por el hecho de que creyeron encontrar o propu-
sieron remedios para las c risis sociales de esta Sociedad, como si, según e llos
afirman, la voluntad humana, aun apoyada en un deseo de justicia o de reglas
de moral, pudiera ordenar o contrariar la naturaleza de las cosas?
Asimismo, se apresuraron a burlarse de las utopías de Fourier, se ensa-
ñaron con los frívolos discursos de Saint-Simon o se lamentaron de la locura
genial de Robert Owen.
Ellos mismos pretenden ser los hombres de ciencia.
B) Carácter de dichas leyes
Desgraciadamente para ellos, ha llegado una época en que los detracto-
res de la Sociedad que continuaban amparándose en las bases de la misma,

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