Capítulo II: De los principios generales en que se fundan las reglas de la prueba - Parte Primera. De la prueba en general - Los principios de la prueba y su aplicación a las pesquisas jurídicas - Libros y Revistas - VLEX 1026867826

Capítulo II: De los principios generales en que se fundan las reglas de la prueba

AutorJames Glassford
Páginas87-111
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CAPÍTULO II
DE LOS PRINCIPIOS GENERALES EN QUE SE
FUNDAN LAS REGLAS DE LA PRUEBA
Si son exactas las ideas y explicaciones que quedan sentadas, fácil será
hallar en cada caso el principio o causa de ascenso en Una o muchas de las
fuentes particulares de la prueba que se han manifestado, a saber, las sensacio-
nes, el íntimo conocimiento, la memoria, la conciencia, el juicio y el testimonio.
Habiendo, pues, considerado el fundamento o los elementos del ascen-
so, será ahora oportuno hacer algunas advertencias acerca de las circunstan-
cias que ocurren en su aplicación; y sobre algunos de los principios y reglas
que son más importantes a la investigación de la verdad, a proporción que
están más íntimamente enlazados con la materia de la prueba. Como ante-
cedente de esto puede observarse que la prueba y las verdades que esta da a
conocer, se han distribuido en diferentes suertes o clases, según la naturaleza
del conocimiento adquirido y la manera de hallarle. Así que, las verdades o
son evidentes, o se alcanzan por medió del raciocinio. También son o nece-
sarias, o contingentes. La prueba, que las da a conocer, es a su vez directa A
indirecta; y también se distingue algunas veces en positiva o circunstanciada;
división que corresponde muy de cerca a la precedente: Igualmente se dice
que la prueba es interna o externa; distinción aplicable de un modo particular
a la probabilidad de una narración o testimonio. Estos y otros modos de clasi-
carla, son demasiadamente conocidos y los que tienen alguna importancia,
o han sido ya examinados, o se dará noticia de ellos en lo sucesivo, según se
presenten los casos de su aplicación.
oBserVación i
Para proceder a deducir sucintamente algunos de los principios mas ge-
nerales de la prueba, se ha de observar en primer lugar, que toda prueba se
dirige al entendimiento.
James Glassford
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Por lo que mira a la razón que da Locke, de la naturaleza del ascenso,
a saber, que consiste en la percepción de la concordancia o discordancia de
nuestras ideas, es suciente observar, que esta explicación no conviene en
sentido alguno inteligible con los casos directos y sencillos de la prueba, que
consiste en actos de percepción, memoria o conocimiento íntimo. Aun respec-
to a la prueba del raciocinio, donde admite una aplicación más satisfactoria e
inteligible, por causa de las proposiciones más formales, en las cuales pueden
enunciarse las consecuencias del raciocinio (y debe entenderse que Locke ha
hecho principalmente referencia a las verdades del raciocinio abstracto), to-
davía la explicación de que se trata está tan estrechamente enlazada con la
teoría ideal y tan dependiente de ella, que es un método muy embarazoso de
expresar lo que se pretende. Pero el hecho es que, por innumerables ejemplos,
estamos convencidos de recibir como las pruebas de la verdad, lo que somos
incapaces de asignar por cualquiera ejercicio u operación del entendimiento
a la percepción de la conformidad entre dos o más nociones, aun sin atender
a las peculiaridades de esta teoría. En una multitud de casos no solo es ins-
tantánea la operación, sino que después de todos los ensayos, para analizarla
aparece simple y directa y de ningún modo dependiente de alguna supuesta
comparación o deducción. Con arreglo a esto supone Hume, que la creencia
es más propiamente un acto de la parte sensitiva de nuestra naturaleza, que
de la discursiva. Pero la cuestión respecto a la naturaleza del acto inmediato
que constituye el ascenso, es en realidad completamente de un género espe-
culativo y metafísico.
La respuesta que el Dr. Reid da a la última hipótesis parece bien funda-
da y concluyente, a saber, que el supuesto o inducción es solo exacto si por
la parte discursiva de nuestra naturaleza se entiende el raciocinio rigurosa-
mente así llamado; y por la sensitiva se entiende una operación inmediata o
instintiva del entendimiento; porque estamos ciertos de que cuando la prue-
ba de alguna verdad se nos presenta de lleno y la comprendemos con clari-
dad, el acto de ascenso es una consecuencia instantánea y necesaria. El Lord
Caimes observa del mismo modo que la creencia no está siempre fundada en
principios racionales: proposición que es también indisputable, si la palabra
racional está limitada al juicio o al ejercicio de la facultad del raciocinio, así
especialmente llamado.
Mas en realidad, la doctrina a que se alude admite una explicación
todavía más extensa, que la que puede explanarse completamente por cual-
quiera limitación de los términos; y mueve algunas de las cuestiones res-
pectivas a la teoría de la prueba que son más difíciles. Los argumentos son
la invención de prueba presentada al juicio; la voluntad en ningún sentido
propio puede decirse que determina nuestro conocimiento, o nos instruye

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